Hay zonas de la provincia donde no llovió nada. En general, el déficit hídrico se ha agravado radicalmente, multiplicando la escasez de aguadas naturales (lagunas, esteros, ríos), aguadas artificiales (tajamares, represas) y la pérdida de napas en toda la provincia.

La falta humedad no permite el crecimiento de los pastizales con es habitual, por lo que falta volumen y calidad, muy bien reflejado por los informes del INTA. O peor aún, en algunas zonas se está en niveles críticos, donde directamente no hay más pasto y el suelo está desnudo.

En general el ganado presenta una mala condición producto de la situación descripta y esto se traducirá en menos preñeces, terneros más livianos y perdidas de peso en los engordes y recrías. Los productores van ajustando sus cargas conforme la menor oferta forrajera.

El stock ganadero provincial está en riesgo de sufrir una fuerte disminución, producto de la liquidación forzosa y perdidas por mortandad. Se afrontan inversiones extraordinarias en aguadas, alimentación (henos, balanceados, granos y/o subproductos, etc.) e infraestructura para destete hiperprecoz y precoz, suplementaciones, entre otros.

El valor de la hacienda, no obstante los recientes incrementos, está lejos de acompañar la inflación y muestra un fuerte retraso comparativamente con otros bienes e insumos.

Las posibilidades económicas y financieras se van agotando y con ello la posibilidad de sostener los sistemas productivos, lo que nos enfrentará a la compleja situación de afrontar costos extraordinarios con una menor producción.

De cara al futuro y dada la actual condición corporal de la hacienda, si no se dan lluvias importantes en el corto plazo que comiencen a revertir la situación, el invierno próximo será letal para muchos productores correntinos. Estimación preliminar de pérdidas.

En esta instancia, considerando la superficie ganadera provincial, su stock de hacienda, la producción media de carne por hectárea, el precio promedio de la hacienda y proyectando perdidas en el orden del 15 % en la producción de carne, más un posible incremento del promedio de la mortandad general habitual en un 50%, hoy podemos estimar una perdida superior a los $28.000.000.000 (veintiocho mil millones de pesos).