Está claro que el sector agropecuario es altamente dinámico, y frente a reglas de juego claras es el que mayor aceleración puede imprimirle a los cambios, señala un informe del Departamento Económico de CRA.
Si bien un tipo de cambio competitivo mejora las performance de las actividades agrÃcolas y regionales principalmente, un tipo de cambio volátil implica incertidumbre y bajo ella la toma de decisiones se posterga.
La heterogeneidad de las producciones argentinas hace que frente a un nuevo piso en el tipo de cambio, el semáforo encienda sus luces verde – amarilla y roja a la par dependiendo de qué actividad estemos analizando.
Empecemos por la luz roja, aquà encontramos todas aquellas actividades pecuarias que sin tener su resultado atado al tipo de cambio, a su vez si tiene insumos que lo están, básicamente todas aquellas actividades que convierten cereal y oleaginosas en proteÃnas ya sea en forma de carne (ganaderÃa, porcinos, pollos parrilleros), leche (tambo) o huevo (gallinas ponedoras).
Estas producciones no solo se vieron afectadas como el resto con la suba de tarifas (eléctrica), impuestos (inmobiliario) y combustibles (gasoil), sino que también su costo de alimentación se incrementó en forma directa debido a que sus insumos productivos para la confección de alimentos balanceados están directamente relacionados con la paridad cambiaria del dólar.
En luz amarilla, ingresan en este sector las producciones regionales, que con un tipo de cambio más retrasado estaban en el rojo, pero la paridad actual les mejora el competitividad de exportación abriéndose una luz para mejorar la difÃcil situación que venÃan pasando, eso sÃ, este procesos de mejora de competitividad externa si no es apoyado en una reconversión tecnologÃa y adecuación productiva, se irá diluyendo por efecto de la inflación interna de los costos productivos. Aprovechar las diferentes velocidades entre costos y producto final para dar un respiro que pueda sostener el recambio, parece ser lo más saludable.
En luz verde, encontramos aquellas producciones cuyo resultado final está directamente relacionado con el tipo de cambio, este es el caso de los cereales y las oleaginosas, la agricultura argentina tiene un alto nivel de competitividad y eso sumado a su alta capacidad de aceleración, la posicionan en una ventaja relativa frente al resto de las actividades del sector.
Su performance dependerá que no sea retrasada por medidas distorsivas, como fueron las retenciones que quitarÃan dinamismo al proceso iniciando un juego de «suma cero» para el paÃs.
- El Gran Rosario cayó al 3er puesto del ranking de nodos portuarios agro-exportadores del mundo en 2023.
- Trigo: Se sembrarÃa un 5% menos.
- La proyección de exportaciones del agro para el 2024 cae por debajo de los US$ 30.000 millones
- Cayeron las ventas de maquinaria agrÃcola en el año 2023.
- Ritmo de faena: Pese a la tendencia declinante, aun no se observan indicadores propios de una fase de retención.
- Rodeos de crÃa: Pautas de manejo estratégico para el otoño.
- El trigo en la encrucijada: Las retenciones ponen contra las cuerdas la rentabilidad del productor.
- Aún con buenos valores en dólares, el precio interno de la hacienda sigue contenido por falta de competitividad
- Cierre de campaña de girasol.
- Transporte seguro en época de cosecha.
- Caen la proyecciones de producción de MaÃz y Soja.
- La expansión de la chicharrita reduce la estimación de maÃz a 50,5 Mt.
- Por la sequÃa, el consumo de fertilizantes cayó por segundo año consecutivo.
- El consumo de gasoil de la cadena granaria llegarÃa a 2.175 millones de litros en la campaña 2023/2024.
- Aumenta la proporción de embarques de trigo desde los puertos del Gran Rosario.