Néstor Roulet, Secretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria, fue entrevistado por Las Bases sobre los ejes de gestión de la Secretaría.

Roulet

-¿Cuáles son los objetivos de la Secretaría?

-Durante estos años que tuve la oportunidad de caminar con Mauricio Macri por la Argentina nos planteamos que no queríamos ser más los graneros del mundo, sino el supermercado del mundo. Dentro de esta propuesta se armó el Ministerio de Agroindustria para potenciar los ecosistemas productivos de nuestro país.

Nuestra Secretaría es amplia, hoy tenemos alimentos y bebidas, bioindustria, financiamiento (Finagro está a cargo de la Secretaría) y medio ambiente. Hemos agregado maquinarias agrícolas. Tenemos otras coordinaciones como apicultura y los warrants.

La propuesta es el valor agregado de origen. Para ello hay herramientas financieras y la propuesta es trabajar con las otras secretarías, como mercados agroindustriales y la de desarrollo territorial, para estudiar la competitividad de los proyectos.

Nuestra idea es tener un fondo de agregado de valor. Puede ser rotatorio en una región o municipio, como un instrumento para los proyectos locales, o puede hacerse un fideicomiso. También una de las formas de ayudar es realizar mercados de futuro para cualquier mercadería, quizás con subsidios de los costos de las warranteras según lo que el Ministerio quiera promocionar. Primero tenemos que estudiar la factibilidad y la competitividad.

FAO

Roulet participó del Simposio Internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por su nombre en inglés) en Roma denominado: «La función de las biotecnologías agrícolas en los sistemas alimentarios sostenibles y la nutrición».

-¿Cuál fue el balance del Simposio? ¿Cuál es la actual visión de los países sobre el papel de la biotecnología?

– El desafío es producir más, con menos recursos y de manera sostenible. Tenemos que ser cuidadosos, no podemos desechar tecnologías si vamos a luchar contra el calentamiento global, que es la cuestión a trabajar, porque entre los 12 puntos de sostenibilidad del planeta que las Naciones Unidas anunciaron en septiembre de 2015, y que Argentina adhirió, está la lucha contra la pobreza, contra el hambre, pero también la producción agropecuaria sostenible en el tiempo.

Al mundo lo vi dividido, donde un país africano dice: “Gracias a la biotecnología puedo dar de comer a mis habitantes”, hay otro que dice: “Yo no quiero biotecnología porque necesito darles de comer distinto”. Yo respeto al referente del país que dice que de la mano de la biotecnología pretende terminar con el hambre de su país, y a lo otros que necesitan cambiar la dieta. Tiene que haber una complementariedad.

La biotecnología es importante como factor dentro de un paquete de innovación de tecnología de la mano de la siembra directa y la tecnología de precisión.

-¿Qué esperan de la Argentina los países que participaron del Simposio?

– Tanto unos países como otros están muy esperanzados de nuestro país. Nosotros estamos produciendo alimentos para 400 millones de personas, pero nuestro objetivo es aumentarlo en un plazo no muy lejano, con la condición de hacerlo con aumento de la productividad unitaria de la mano de la innovación y la tecnología.

Me da la sensación que Argentina desaprovechó años para poner su sello verde. Explicamos que con el sistema de producción tradicional se necesita entre 70 y 80 litros de agua por hectárea y que nosotros lo hacemos con menos de 30 litros, mejorando la eficiencia del uso del agua para los cultivos. Si hay alguien que está luchando contra el calentamiento global es la Argentina. Queda mucho por hacer, pero en muchos aspectos estamos bien.

Política y gestión

– ¿Qué le aportó la experiencia como dirigente de Confederaciones Rurales Argentinas?

– CRA es una entidad fuerte, federal y que tiene gente capacitada. Los años de dirigente agropecuario me enseñaron muchas cosas, tengo que hacer un mea culpa, fui muy duro con los políticos, subía a la tribuna y los mataba. Después me di cuenta de que si no tenés participación tampoco tenés derecho al pataleo. Quien toma la decisión y la implementación es la parte política, por lo tanto, tenemos que estar. El andar de los años me enseñó eso.

Creo que lo interesante que la dirigencia agropecuaria tiene es la vocación de servicio. Quiero destacar el trabajo de esta dirigencia que dedica tiempo y dinero. Sería lo ideal si esa vocación de servicio fuera dirigida hacia lo político. Aprendí que conversando salen las ideas. Muchas veces crees que las sabes todas, pero no es así. Cuando se dialoga se puede observar otro punto de vista.

El presente

-Mi mayor alegría fue la foto de la Comisión de Enlace junto al Presidente de la Nación y el Ministro de Agroindustria, cosa que no la podíamos obtener. Creo que fue una maduración no sólo de los políticos, sino de los dirigentes rurales. Lo que me preocupa es que está tan trabado el sistema que cuando arreglas una cosa, desarreglas dos. Me di cuenta que no es tan simple. Conocemos la problemática, tenemos ideas de las herramientas, lo que ocurre es que, en un sistema público, para que se desarrolle esa herramienta pasa un tiempo.

CRA