Después de la decisión del Gobierno en el sentido de cerrar las exportaciones de carne vacuna por 30 días, el campo rechazó en forma contundente esta medida y la Mesa de Enlace evalúa los pasos a seguir, no descartándose un cese de comercialización de hacienda.

El malestar de los dirigentes y productores del campo es muy grande con el Gobierno, destacando que estas medidas ya se aplicarno en el pasado y no tuvieron efecto positivo ya que no no solamente pudieron frenar la inflación sino que tampoco lograron bajar el precio de la carne en el mostrador, además de producirse una significativa oferta de carne como consecuencia del cierre de las exportaciones.

En el pasado estas restricciones no hicieron más que reducir el stock de cabezas de ganado que aún hoy no se ha podido recuperar, ya que a 15 años del último cierre de exportaciones se perdieron 11 millones de cabezas.

Según los últimos datos del Indec sobre los distintos cortes, que incluye asado, carne picada, nalga, paleta y cuadril, señala que el mes pasado hubo un aumento interanual del 78%, mientras que en dicho período el promedio de los alimentos se incrementó casi un 43%. Por otro lado, en el mencionado mes de abril, el consumo de carne vacuna, según el relevamiento de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra), se ubicó en 45,2 kilos por habitante por año, uno de los más bajos de los últimos 100 años.

Por último, un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), mostró la alta incidencia que tiene el Estado en el precio final de la carne vacuna, mediante el cobro de los impuestos, ya que el precio promedio de la carne se ubicó en $531 por kilo, donde la cría representa $158 (30%), el feedlot $141 (27%), el frigorífico $35 (6%), la carnicería $47 (9%) y los impuestos $149 (28%). Por su parte, el maíz -alimento de los animales- representa el 15% del precio del novillo y 11% del kilo de carne al mostrador.