El bienestar animal es una ciencia relativamente nueva que debe basarse en el estudio científico para lograr la solidez que requieren protocolos y nuevos sistemas de manejo que lo garanticen. La demanda por parte de los consumidores de modelos que puedan garantizar condiciones de bienestar animal, bajo impacto ambiental e inocuidad de la carne, son cada día mayores tanto para el mercado internacional como para el consumo interno.

En el INTA de Concepción del Uruguay, en 2003 inició el desarrollo del “Feedlot Ecológico”, consideradoun sistema intensivo de producción de carne de bajo impacto ambiental. Este modelo surgió por la necesidad de reducir la contaminación del suelo, del agua y eliminar la formación de barro. Además, este incorporó el suministro del alimento en autoconsumo garantizando la oferta permanente y disminuyendo las pérdidas por disturbios digestivos causadas por errores en el mezcladoy la alternancia en horarios de oferta de ración, frecuentes en sistemas de engorde a corral. Con estas condiciones comenzó a observase que el comportamiento de los animales mejoraba respecto de los confinamientos tradicionales.

Con el financiamiento del IPCVA, se llevó adelante un Convenio de Asistencia Técnica durante dos años para evaluar el impacto de dos niveles de confort animal, corral convencional vs. “feedlot ecológico”. En este trabajo se estudiaron indicadores serológicos y hematológicos de estrés, variaciones de comportamiento, respuesta productiva, composición de canal y características físico-químicas de la carne resultantes de estas dos modalidades de encierre terminal. El proyecto multidisciplinario fue desarrollado por tres equipos de trabajo pertenecientes al Departamento de Rumiantes de la EEA INTA Concepción del Uruguay, Laboratorio de Industrias Cárnicas de la Facultad de Ciencias de la Alimentación de UNER y al Instituto de Virología –CNIA INTA Castelar.

En las experiencias se observó que las condiciones de espacio y oferta de alimento ofrecidas durante el acostumbramiento y engorde de los bovinos afectan los bioindicadores de estrés, el comportamiento y los resultados productivos. Fue posible realizar la adaptación de los animales a una dieta base maíz en un modelo de autoconsumo con 6% de inclusión de sal y la oferta independiente de fibra para disminuir la carga operativa sin afectar los resultados productivos.

Además, mejoró la frecuencia de consumo, se redujo la dominancia frente al comedero y los animales lograron consumos y ganancias de peso similares a los obtenidos con suministro diario. La menor asignación de superficie afectó el desplazamiento de los animales y se observaron recuentos mayores de glóbulos blancos que se relacionan con estrés.

Los resultados productivos durante el engorde fueron similares  independientemente de la modalidad de oferta de alimento y la superficie asignada (1,3kg/cab/día y conversiones de 7:1).

Mientras que los animales a corral presentaron mayor espesor de grasa dorsal, menor crecimiento del área de ojo de bife y ello se vio reflejado en el menor rendimiento de res al momento de la faena (61,7 vs. 60,1%).

Frente a la ocurrencia de precipitaciones (527mm durante el acostumbramiento y engorde), la acumulación de barro, orina y heces fue predominante en los corrales, mientras que en los grupos con más espacio no hubo acumulación en ningún momento del seguimiento de los animales.