Así lo aseguran desde el Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA y explican que se debe al desequilibrio oceánico atmosférico que genera un Niño fuerte que tarda en irse.
Estiman un invierno con lluvias inusuales y poco frío.

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Luego de un otoño poco convencional con abundantes precipitaciones y un marcado descenso de las temperaturas, ahora nos enfrentamos a un invierno con lluvias inusuales. Desde el Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA explicaron que esto se debe al desequilibrio oceánico atmosférico que genera un Niño fuerte que tarda en irse.

En este sentido, Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA, aseguró que “estamos atravesando una situación de lluvias inusuales para el invierno, lo que se debe al impacto de El Niño en el centro-este de la región pampeana, específicamente las zonas sur y este de Córdoba, sur de Santa Fe, Entre Ríos y norte de Buenos Aires”.

Es que, de acuerdo con el especialista, “hay un desequilibrio oceánico atmosférico generado por un fenómeno de El Niño fuerte que tarda en irse”. De todos modos, advirtió que esto será “gradual”, hasta que se acomoden los patrones climáticos.

Por lo general, la climatología argentina en invierno en el centro-este del país suele ser seca o con un menor porcentaje de milímetros. En especial, para la zona de Córdoba donde se registran lluvias por encima de lo habitual.

Por su parte, Carlos Di Bella, director del Instituto de Clima y Agua del CIRN, resaltó los datos del informe semanal elaborado por el instituto, que indican que los acumulados más importantes de precipitación de junio han sido observados sobre el NEA, este de Córdoba, sur de Santa Fe, sudeste de Buenos Aires y este de Río Negro.

A su vez, citó la última previsión del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para el trimestre Julio-Septiembre de 2016, que indica “precipitaciones con valores entre normales a superiores a lo normal en áreas del este de Buenos Aires y Entre Ríos, con probabilidades de ocurrencia entre el 40 y el 50 %”.

De acuerdo con las estimaciones del CIRN, el invierno continuaría con una humedad mayor que la habitual para esta época del año y habrá pocos días de frío. Según estiman, “el invierno va a terminar rápido” y para después de agosto continuará a secarse.

Para lo que resta de julio continuará la inestabilidad en el centro-este de la región pampeana con una tendencia hacia un período Neutro o de Niña débil. Asimismo, entre las zonas afectadas estarán el sur y este de Córdoba, sur de Santa Fe, Entre Ríos y norte de Buenos Aires.

Di Bella aseguró que ”en el Océano Pacífico Ecuatorial aparecieron las primeras anomalías negativas superficiales de temperatura” y según los modelos de pronósticos, “el escenario menos probable para la próxima campaña agrícola 2016-2017 es la repetición de un fenómeno de El Niño”.

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Córdoba, con las napas al límite

La situación actual en el área de influencia del INTA Marcos Juárez, en el sudeste de Córdoba, presenta un nivel crítico debido a un escenario climático con excesos hídricos en el ciclo 2015/16.

Para Pablo Bollatti –especialista del INTA Marcos Juárez– “la situación actual de las napas es consecuencia en parte por las precipitaciones y también por el cambio en el uso del suelo por parte de los sistemas productivos implementados desde la década del ´70 hasta la fecha, los cuales no alcanzan a consumir el agua de lluvia”.

“Es decir, –detalló– mientras que antes los cultivos agrícolas ocupaban hasta el 30 por ciento de la superficie y el resto estaba cubierto de praderas perennes con potencial para consumir 1.500 mm anuales, ahora con precipitaciones promedio para la zona que rondan los 908 mm se consumen unos escasos 750 mm. Esto genera un excedente de agua que acrecienta la cuenta hídrica de nuestros suelos y eleva el nivel freático que aflora sobre la superficie”.

En este contexto, recomendó “una solución integrada en la que las obras de infraestructura deben complementarse con un reordenamiento de las cuencas, lo que implica la sistematización de algunas de ellas y el incremento de los consumos hídricos por parte de los cultivos agrícolas. Además será necesario incorporar la rotación de cultivos perennes para revertir los excedentes hídricos”.

Para esto, se deberá actuar de un modo colectivo y solidario de la mano de políticas agropecuarias con visión a corto, mediano y largo plazo, en la cual todos los actores de la cadena deben estar comprometidos y trabajar de forma conjunta.