Las precipitaciones registradas durante los primeros 10 días de abril permitirán revertir el estado de suelos y cultivos. Especialistas en meteorología estiman buenas perspectivas para la zona núcleo, mientras que los modelos pronostican una condición neutral durante el otoño y el invierno.
“No hay mal que dure cien años” reza el popular refrán. Esta parece ser la suerte, también, para el déficit hídrico que acorralaba a las actividades agropecuarias desde hace 6 meses. Desde el Foro Interinstitucional reunido en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), del que participa el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, prevén para el trimestre una normalización tanto de las precipitaciones como de las temperaturas.
De acuerdo con el último informe de Clima y Agua, “el escenario más probable es el de una ocurrencia de precipitaciones normales para el trimestre con una probabilidad del 45 % en las provincias de la región Pampeana y San Luis”.
Mientras que, para el resto del país, la situación parece no cambiar. Los especialistas prevén, para el centro y sur de Cuyo y el Litoral, precipitaciones inferiores a las normales, mientras que, para el centro y norte de la Patagonia serán entre normales o inferiores a lo normal.
Por su parte, para el este del NOA, noreste de Cuyo y sur de la Patagonia se prevé un 45 % de probabilidad la ocurrencia de lluvias superiores a las normales y con un porcentaje del 40 % se indican lluvias normales para el trimestre en región Chaqueña.
“En materia de precipitaciones, el panorama es complejo”, indicó Christian Garavaglia –especialista del Servicio Meteorológico Naciona (SMN)– quien no dudó en asegurar que “la región núcleo atravesó la sequía más importante en los últimos 50 años, con registros extremadamente escasos en amplias zonas productivas del país”.
En referencia al estado de situación, el especialista del SMN explicó que “el panorama comenzó a revertirse de manera rotunda desde el primer día de abril”, y con las abundantes precipitaciones de estos primeros 10 días del mes varias zonas han logrado revertir en buena medida la grave situación que presentaban los suelos.
“El panorama es alentador para el centro del país y todo indica que lo peor ya pasó”, subrayó, al tiempo que confirmó que “las lluvias volverían a situarse en el rango de la normalidad para los próximos meses”.
Con respecto al resto del país, las precipitaciones seguirían estando por debajo de los valores normales sobre el Litoral, sobre el centro y norte de la Patagonia, y con mayor grado de probabilidad sobre las provincias cuyanas.
En cuanto a las temperaturas, el informe del INTA asegura que existe “un 45 % de probabilidades de ocurrencia de temperaturas medias para el trimestre, superiores a las normales sobre las provincias de las regiones Pampeana, sur del NEA y Cuyo, mientras que, para el norte del país, hay probabilidades de ocurrencia de temperaturas normales”.
En referencia a las perspectivas para el otoño e invierno, el informe aseguró que “los modelos pronostican un enfriamiento que tiende a debilitarse rápidamente en los próximos meses”. En consecuencia, lo más probable sería la ocurrencia de una fase neutra fría, que pasaría a una condición neutral durante el otoño y el invierno.
Los cultivos, con posibilidades de recuperarse
Para Juan Pablo Ioele –técnico del INTA Corral de Bustos, Córdoba– “las recientes lluvias vienen a solucionar gran parte de nuestra preocupación por hacer trigo, ya que los perfiles se vienen llenando y la demanda invernal atmosférica de agua es bastante baja”.
A pesar de esto, reconoció que “no aportan respecto de los cultivos estivales, todavía sin recolectar, ya que los requerimientos de agua ya terminaron y, solamente, vienen a complicar por piso la cosecha, principalmente la soja y maíz de segunda y tardío”.
“Si bien las precipitaciones fueron dispares –mientras que en Corral de Bustos se registraron 100 milímetros en dos tormentas, Marcos Juarez no alcanzó los 30 mm– fueron sostenidas por varios días, lo que permitiría recomponer rápidamente toda la zona”.
De acuerdo con el informe, “la cosecha de los cultivos de verano avanza mientras las condiciones meteorológicas lo permiten, en cuanto a la de maíz temprano se observó una alta variabilidad en los rendimientos por hectárea, según zonas”.
Para el caso de la soja, los rendimientos, por el momento, son muy dispares. La de segunda, en su mayoría, se encuentra en la etapa de llenado de granos. En algunos casos, las heladas comenzaron a limitar este proceso.
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