En su primera estimación de la campaña 2015/2016 de granos gruesos, la Bolsa de Cereales de Córdoba proyectó ayer fuertes caídas para las cosechas de maíz y de soja en la provincia respecto del ciclo anterior, producto de la reducción del área sembrada, en el caso del cereal, y del descenso del rendimiento promedio, en el caso de la oleaginosa, según informa el diario La Nación.

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Según los cálculos de la entidad, la producción de maíz cordobés alcanzaría los «9,2 millones de toneladas y quedaría un 23 por ciento por debajo de los 11,98 millones de la campaña 2014/2015». Si bien el rendimiento promedio provincial se prevé superior al de la temporada agrícola precedente (pasaría de 79,2 a 81,6 quintales por hectárea), no logró compensar el fuerte retroceso del área destinada al cereal, que cayó un 20 por ciento, de 1,73 a 1,39 millones de hectáreas.

En cuanto a la soja, la Bolsa proyectó la cosecha 2015/2016 de Córdoba en «15,6 millones de toneladas, un 7% por debajo del volumen obtenido en el ciclo anterior, de 16,8 millones». En este caso, entre las razones de la menor producción la entidad destacó la caída del 11% en el rinde promedio, que pasaría de 36,1 a 32,3 quintales por hectárea. A diferencia del maíz, la superficie destinada a la oleaginosa creció un 7% frente a la campaña 2014/2015, al variar de 4,89 a 5,23 millones de hectáreas.

Acerca del estado actual de los cultivos, la entidad advirtió que tanto en soja como en maíz se reportó una disminución del estado general durante enero. «A febrero, el 46% del área sembrada con soja se encuentra en estado muy bueno y un 31% en estado bueno. Mientras que en maíz, hay un 39% muy bueno y un 36% bueno».

En su análisis de los niveles tecnológicos de fertilización, la Bolsa indicó que «el 79% del área de maíz se fertilizó a la siembra y sólo el 35% de la superficie recibió aportes nutricionales durante la etapa de 4 a 6 hojas del cultivo». Los principales elementos incorporados fueron nitrógeno, fósforo y azufre. La entidad añadió que en el caso de la soja el área fertilizada a la siembra con fósforo y azufre fue sólo «el 25%» del total implantado.