España envió ayer las primeras señales concretas sobre la posibilidad de que aplique «represalias comerciales» contra la Argentina luego de la expropiación de YPF. El coordinador de asuntos exteriores del Partido Popular, José María Beneyto dijo que se analiza bloquear las compras de harina de soja y biodiésel desde la Argentina.
«El Gobierno está viendo exactamente qué consecuencias tendrían ese tipo de represalias comerciales y qué es lo que se puede hacer», dijo Beneyto, quien sin embargo aclaró que se actuará con «prudencia» para evitar «cualquier tipo de contagio» que afecte a otras empresas españolas con inversiones en la Argentina.

Si Madrid finalmente dispone el cese de las compras de biodiésel o harina de soja de origen argentino se apuntará contra los principales productos del comercio bilateral.

En 2011, España compró el biocombustible por US$ 1.106 millones y el «pienso» ganadero por otros 550 millones. Entre ambos rubros, representan casi 60% de las compras totales, que sumaron 2.900 millones. Luego de esos derivados de la soja tienen gran relevancia comercial los productos de mar, langostinos y calamares, que son explotados aquí básicamente por empresas españolas.

La prudencia tiene más razones. Y es que en ambos casos, el país europeo es deficitario y no podría reemplazar con rapidez esos productos desde otros orígenes. Es lo que advirtieron voceros del sector agroalimentario ibérico. «España tiene mucho más perder que ganar en un enfrentamiento con Argentina», razonó un directivo del sector cooperativo, Gabriel Trenzado.

SRA