En el día de ayer, el presidente de Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, junto a los diputados nacionales Pablo Orsolini y Ulises Forte, brindaron una conferencia de prensa en la sede porteña de la entidad, en la que se refirieron a las iniciativas existentes en el Congreso de la Nación referidas a la limitación de la extranjerización de la tierra. Además, Buzzi se refirió a las principales características del proyecto de ley integral de tierras que presentará la entidad. También asistieron el vicepresidente 2º de FAA, Julio Currás, y el director Guillermo Giannasi.

“Queremos reiterar nuestra posición sobre el tema tierras, del que tanto se está hablando en estos días. Hace 99 años, la FAA nació con el objetivo de lograr la democratización en el uso y tenencia de la tierra. Estamos cerca de nuestro centenario y ese sigue siendo uno de los principales problemas para los chacareros: la creciente extranjerización y la concentración que desplaza día a día a los productores más chicos de sus lugares de origen. En el presente, hay más de 18 millones de hectáreas en manos de extranjeros. Eso representa una vez y media la superficie de Santa Fe, y no es lo mismo que foráneos vengan a vivir y trabajar a nuestro país como hicieron nuestros abuelos, a que vengan a comprar pedazos del edén o reservas de agua dulce, de recursos minerales o naturales. Este es un tema serio y merece una discusión seria y profunda, que es la que debe dar el Congreso, pero este no es el único tema que hay que abordar, sino también hay que discutir sobre la concentración, el freno a los desalojos, entre otros temas vinculados a este bien estratégico”, señaló Eduardo Buzzi.

“La concentración de la tierra tiene origen allá por la mal llamada Conquista del Desierto. Luego, en los ’90 continuó lo que denominamos una reforma agraria al revés, donde se profundizó la concentración en pocas manos. En este tiempo de más bonanza, con buenos precios internacionales, se sigue permitiendo que los pooles y las multinacionales sigan concentrando, de modo que sólo dos o tres mil grandes grupos concentran el 60% del total de la producción. Hay que revisar esto, y también discutir cómo se usa la tierra, porque si continúa la consolidación de los procesos de integración vertical, cada día se achican las posibilidades de competencia para los pequeños y medianos productores”, sentenció Buzzi, y agregó: “Es necesario que se dé un profundo debate en el Congreso de la Nación. Valoramos que la Presidente haya impulsado esta discusión, pero hay varios proyectos, así que es importante que se debata para que salga una buena ley, la mejor posible, en el menor tiempo posible. Pero también es importante que no se quede sólo ahí, sino que se pueda avanzar en una ley de arrendamientos, para que haya más productores en las tierras; que se frenen los desalojos, que se cree un instituto de tierras y colonización, para que quienes quieran trabajar la tierra puedan hacerlo. Sólo así se frenará la lógica de migración a las ciudades, y sólo así se darán condiciones de desarrollo distintas”.

A su tiempo, el Dip. Nac. Pablo Orsolini manisfestó: “Creo que hay cinco temas que no pueden quedar fuera del proyecto que vaya a salir: uno es el tamaño de la tierra; nosotros hablamos de unidades económicas y el proyecto oficial habla de 1000 hectáreas, cuando sabemos que no es lo mismo 1000 hectáreas en la zona núcleo de La Pampa húmeda que en el Chaco o la Patagonia. En todos los lugares del país puede haber distintas unidades económicas. Otro tema que es fundamental y tenemos diferencias con el proyecto del Ejecutivo es la residencia; el extranjero debe residir en el país, y nosotros decimos diez años. El número puede ser otro, pero no el espíritu, porque además si no solicitamos la residencia del extranjero estamos violando la Constitución Nacional, que dice que todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo argentino pueden hacerlo. Otro tema es la distribución de la tierra; el proyecto oficial establece un 20% a nivel nacional, pero no dice de qué manera se reparte ese porcentaje, Puede venir un extranjero y comprar toda una provincia; nosotros planteamos que el porcentaje se establezca por las provincias y los municipios de acuerdo a la capacidad productiva de cada uno. También pedimos que las sociedades anónimas tengan acciones nominativas para saber quiénes son los accionistas. Y lo más importante es crear un registro nacional de productores agropecuarios y propietarios de inmuebles rurales; esto ya no es sólo para los extranjeros sino para todos los productores agropecuarios argentinos para tener un censo cierto de la capacidad que tengamos. Finalmente, hay un tema que nosotros no incorporamos, porque es algo de lo que se empezó a hablar ahora: tenemos que legislar sobre la compra de estados extranjeros en tierras argentinas, como ha sucedido entre el gobernador de Río Negro con el Estado Chino. Lo que yo anhelo es que antes del 10 de diciembre podamos darle media sanción a un proyecto de limitar y restringir la extranjerización de la tierra”.

Por su parte, el diputado Ulises Forte declaró: “Las urgencias políticas no tienen que tapar las necesidades de un país. Nosotros hace años venimos militando para ponerle límite a la venta de tierras a personas extranjeras. Obviamente que en el espíritu estamos de acuerdo y queremos que haya un profundo debate, pero no que se imponga una iniciativa sobre las otras, porque si nos ponemos a analizar todos los proyectos -salvo uno o dos- no hay proyectos malos; pero todos son mejorables. Entonces, las urgencias de algunos diputados para quedar bien no nos pueden llevar a sacar lo menos malo cuando tenemos la oportunidad de sacar lo mejor posible. Es imprescindible como política de Estado que la tierra esté en manos de argentinos; debemos empezar a discutir el uso y la tenencia de la tierra en serio en este país; que por lo menos empecemos a poner trabas. Pero esto por sí solo no define una política de distribución de la riqueza y del uso y la tenencia de la tierra. Limita, pero si no le agregamos un impuesto al latifundio, una ley de arrendamiento, un fuerte y profundo debate y una revolución en el uso y la tenencia de la tierra, lo único que vamos a estar logrando es argentinizar al latifundio. Y claramente, el latifundio es malo, y si es extranjero peor. Entonces hay que generar políticas que contengan al mediano y al pequeño productor, hay que llegar a los 150 millones de toneladas (la discusión es cómo, con quién, con cuántos). Porque si argentinizamos los latifundios hay que tener en cuenta algo: un productor agropecuario es imposible que se termine comprando un casino; pero teniendo una red de casinos es muy fácil comprar campos; entonces no va a ser cosa que terminemos fomentando los latifundios argentinos. Es imprescindible, entonces, avanzar con leyes que trasciendan los tiempos políticos y que sean realmente leyes para discutir el uso y la tenencia de las tierra en los próximos 50 años en la Argentina”.

Sobre el proyecto de ley integral de tierras desarrollado desde la entidad

Buzzi se refirió a la iniciativa de FAA: “Con este proyecto buscamos fomentar una estructura mixta que tome, en principio, tierras públicas (por ejemplo del Ejército o del Onabe), a las que se les pueda agregar en caso de ser necesario un sistema de riego, para que haya productores trabajándolas. Además, planteamos poner al Banco Nación como un actor importante, así como fue entre el año ’46 y el ’76, tanto durante las presidencias de Perón, Frondizi o Illia, que posibilitaba el acceso de la gente a la tierra”.

“Pensamos en el rol que cumplía el Consejo Agropecuario Nacional, que tomaba tierras, las distribuía y daba en propiedad pagando a largo plazo, fomentando así las chacras que se formaron al fomentar la propiedad de la tierra en manos de los pequeños y medianos productores”.

“Hubo instrumentos maravillosos que permitieron que los pueblos tuvieran vida al distribuirse la tierra. Hoy hace falta algo similar, para que miles de jóvenes hijos de productores y trabajadores rurales, o agrónomos recién recibidos, o técnicos agropecuarios que salen de las escuelas aerotécnicas puedan comenzar a meterse en la producción, accediendo a la tierra”.

“Es necesario un instituto de colonización, tal como fomentó el presidente Tabaré Vazquez en Uruguay o Lula en Brasil. De hecho, con esta política, Brasil tuvo 550 mil nuevos propietarios de tierras, que frenaron el proceso de migración a las favelas; por eso habría que implementar una estructura similar en la Argentina. Estamos convencidos de que la colonización es una salida para detener el incremento de población en las villas que se está dando en nuestro país, y la otra es la industrialización. Ambas son necesarias para alcanzar un desarrollo armónico de nuestra Argentina”.

Fuente FAA