A pesar de la quita forzosa del 65% que Comercio Interior aplicó a las compensaciones adeudadas, la industria molinera logró generar utilidades excepcionales, según informa la agencia noticiosa Reuters.

A comienzos de este año el gobierno nacional, luego de la disolución de la Oncca, interrumpió el pago de subsidios (“compensaciones”) realizados a la industria molinera y muchas empresas del sector comenzaron a financiarse con los productores de trigo. La contrapartida de la interrupción del pago de subsidios fue una desregulación de hecho del mercado de la harina y una suba generalizada de precios desde medianos de este año a la fecha. El gobierno luego retomó el pago de subsidios adeudados, pero con quitas forzosas de entre 60% y 65% con respecto a los montos aprobados en su momento por la Oncca. La cuestión es que, más allá de la situación presente con las compensaciones, la desregulación del mercado mayorista de la harina generó beneficios extraordinarios a muchas industrias molineras. Un ejemplo es el balance de Molino Guglielmetti (Benito Juárez) presentado esta semana por su compañía controlante (Morixe Hermanos) ante la Comisión Nacional de Valores. En el mismo es posible observar que en el trimestre comprendido entre junio y agosto de 2011 las ventas brutas del molino fueron de 22,99 millones de pesos (+49% que en el mismo período de 2010) con un costo de mercadería de 12,32 M/$ (+7%). De esta manera, en dicho trimestre la ganancia bruta de la empresa aumentó un 175% al pasar de 3,88 a 10,67 M/$. Semejante incremento tiene una sola explicación: en el trimestre junio-agosto de 2011 el valor interno del trigo permaneció, por la intervención oficial, prácticamente planchado con respecto al mismo período de 2010 (eso a pesar de que el valor FOB del trigo argentino aumentó un 31% al pasar de un promedio de 241 a otro de 317 u$s/tonelada). El balance indica que Molino Guglielmetti tenía al 31 de agosto pasado compensaciones aprobadas por la ex Oncca sin cobrar por 41,78 M/$ y compensaciones no aprobadas ni cobradas por la Ucesci por 14,62 M/$. En tanto, Morixe tiene subsidios oficiales pendientes de cobro por 20,87 M/$ y compensaciones no aprobadas ni cobradas por 7,30 M/$. El documento además indica que el 29 de diciembre de 2010 la Oncca había autorizado el pago a Morixe de 3,92 M/$ en concepto de la compensación correspondiente al mes de agosto de 2010. Pero en el primer tramo de 2011 la Ucesci pagó solo 1,43 M/$ (el 36%). Morixe presentó un reclamo por este tema ante el Ministerio de Agricultura y finalmente en julio pasado logró cobrar el remanente para recibir los 3,92 M/$ completos. Sin embargo, tanto Morixe como su controlada Guglielmetti recibieron otros pagos de compensaciones correspondientes a liquidaciones de fines de 2010 y comienzos de 2011 con descuentos del orden del 65%. En el balance Morixe “considera que las sumas aprobadas por la Ucesci son injustificada y significativamente inferiores a las que corresponde recibir en función de la documentación presentada en sus solicitudes en el marco de las normas vigentes”. “De acuerdo a la opinión de sus asesores legales, en la medida que la sociedad ha dado cumplimiento a los requisitos impuestos por el marco regulatorio y habiendo la propia administración reconocido dicha circunstancias en sus disposiciones, ha adquirido el derecho de obtener las compensaciones mencionadas, las que han pasado a integrar su derecho de propiedad”, indica la compañía harinera. “En ese sentido, el directorio considera que el único criterio legalmente viable a seguir por el Ministerio de Economía para aprobar y pagar en definitiva las compensaciones pendientes de cobro, sería rectificar los importes aprobados por la Ucesci, haciendo lugar a los recursos que se interpongan (es decir: pagar el 100% en lugar del 35%). Atendiendo a la lealtad y diligencia que les es requerida, el cuerpo directivo, en caso de ser necesario, deberá agotar todas las instancias administrativas y judiciales que sean menester en defensa de los intereses de la sociedad”, advirtió Morixe. “A medida que se aproxima la nueva cosecha y, por lo tanto, la necesidad de establecer la política de acopio del cereal, la falta de pago de las compensaciones por parte del Estado obligará a la empresa a emplear algún otro mecanismo de comercialización de trigo para acopiar los mismos volúmenes y condiciones que son habituales y convenientes para su buena actividad comercial”, aseguró la empresa en su balance trimestral.