Una de las principales limitantes que poseen los sistemas ganaderos de cría es la alimentación. Pautas para administrar el pasto, preservar o mejorar la condición corporal de los animales y evitar el sobrepastoreo.

El campo natural es la principal fuente de forraje de muchos sistemas de cría, y suele ser escaso. Por esto, investigadores del INTA Paraná recomiendan ajustar la disponibilidad de forraje a los requerimientos nutricionales del rodeo, una práctica que tendrá beneficios para el animal y para el propio campo natural.

“En general, los sistemas ganaderos de cría presentan una carga animal muy superior a la que es posible sostener con el pasto que produce el campo natural”, señala Lucrecia Lezana, especia-lista del departamento de Producción del INTA Paraná, y agrega que “Por esto, recomendamos hacer una evaluación integral para ajustar la disponibilidad forrajera”.

Así, la asignación forrajera (AF) es la cantidad de forraje disponible por uni-dad de peso vivo animal y es un indica-dor más completo que la carga, porque integra la oferta forrajera y la demanda del bovino.

“Si la AF es muy baja (inferior a 2 kilos de materia seca por kilo de peso vivo) durante la mayor parte del año, la vaca de cría no cubre sus requerimientos y se afecta su estado nutricional”, enfatiza Lezana, quien advierte que serán modestos los indicadores reproductivos (como tasa de preñez, tasa de destete, peso al destete y edad al primer entore), los resultados productivos (producción de carne) y el ingreso económico del sistema.

Alimentación

La asignación forrajera (AF) es la cantidad de forraje disponible por unidad de peso vivo animal y es un indicador más completo que la carga.

Mucho cuidado

La especialista destaca la importancia de prestar suma atención al manejo del recurso forrajero: “La elevada presión de pastoreo sobre el campo natural afecta la condición del pastizal y aumenta la proporción de suelo desnudo; también ocurren procesos de erosión, se pierden especies de buen valor forrajero (por sobrepastoreo) y ese campo natural sobrepastoreado será mucho más vul-nerable a eventos climáticos extremos como una sequía. Es decir, su capacidad de recuperación, su resiliencia, se deprime”, expresó.

En este sentido, Lezana explicó que para ajustar la asignación de forraje es fundamental saber cuánto pasto hay en el lote. “Esa respuesta puede ser difí-cil de lograr, especialmente en ambientes heterogéneos con diferente tipo de pastizal y accesibilidad que reducen la superficie aprovechable por el gana-do”, consideró la especialista del INTA y aseguró que “Es fundamental estimar qué superficie del lote es accesible para el ganado”.

Para esto, la primera recomendación es evaluar si se tiene un bosque cerrado por arbustización o con alta densidad de renovales, debido a que tal vez no todo el lote sea aprovechable y de allí surgirá el primer dato: la superficie disponible.

Medir el pasto

En cuanto a la cantidad de forraje por unidad de superficie, Lezana recomen-dó utilizar una regla, un marco de 50 cm x 50 cm, una libreta y un lápiz.

“Recorrer el lote, tirar el marco al azar, medir y anotar la altura del pasto, cada vez. Es importante registrar una altura prome-dio de pasto en el marco y, cuando esté florecido, tomar en cuenta sólo la altura de hojas, que es lo que los animales consumen”, detalló.

Luego de recorrer el lote y tener un número considerable de mediciones de altura, se podrá calcular el promedio y multiplicarlo por 70. El resultado será la disponibilidad forrajera: si se multiplican los kilogramos de materia seca por hectárea por la superficie accesible del lote, se tendrán los kilogramos de materia seca totales.

“Esa es la cantidad de pasto a administrar a través de la carga ganadera. Dividiendo el forraje disponible por los kilogramos de peso vivo animal, obtendremos la AF”, sostuvo Lezana.

En sistemas de pastoreo rotativo, se evalúa la disponibilidad antes del in-greso de los animales. “Esto nos per-mite calcular el número de animales y el tiempo de permanencia en el lote”, explicó la especialista del INTA, quien advirtió que en sistemas de pastoreo continuo, es necesario evaluar la dispo-nibilidad forrajera al menos una vez por estación.

No lo dude

Ajustar la asignación forrajera sirve para administrar el pasto, que es un recurso escaso, y para preservar o mejorar la con-dición corporal de las diferentes categorías, mientras se evita el sobrepastoreo.