Finalizando marzo, se nota un escenario comercial moroso, con predominio de operaciones a fijar precio y pocas operaciones con valor firme o hecho en donde solamente un 34% de lo comprado tiene costo firme y se constituye en una de las relaciones más bajas en casi 15 años.

soja

La conclusión forma parte de un análisis publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en el cual se asegura que las ventas de poroto de soja de la nueva campaña 2015/2016, al finalizar la semana número 11 de este año, «muestra un escenario comercial signado por una lenta comercialización, predominio de operaciones a fijar precio y pocas operaciones con precio firme o hecho».

El dato surge de comparar las compras de la nueva campaña con las registradas en los últimos 14 años y desde la salida de la convertibilidad. De acuerdo al documento, «este año hay un escenario comercial parecido al del año pasado para esta fecha pero con un contexto macroeconómico y político diferente».

Según la BCR, el escenario muestra bajos precios internacionales del poroto, harina, aceite de soja y biodiesel. También, lenta comercialización de la producción de la nueva campaña a la llegada de la semana 11; muy baja comercialización de la mercadería a precios «hechos o firmes». Y en términos relativos refleja «demasiada mercadería a fijar precio en los próximos meses». El documento agrega que esto se debe a varios factores. Uno sería que algunos productores y empresas agropecuarias no se han apresurado por vender la mercadería a la espera de mejores precios internacionales de la oleaginosa en los próximos meses y una modificación al alza en el tipo de cambio peso-dólar.

«No olvidemos que el precio de exportación del poroto de soja cayó 37% desde fines del 2012; los de la harina de soja cerca de 40% y los de exportación del aceite de soja equivalen a la mitad de lo que se obtenía hace cinco años», agrega el informe, según consigna El Cronista.

También se explica que hay productores «que pueden decidir recién en abril o mayo con la trilla, entregar la mercadería a fijar precio o a precio hecho para evitar cubrir erogaciones por almacenamiento».

Otro factor es el vencimiento de las tarjetas de créditos rurales que opera habitualmente en junio de cada año cuando se concentran importantes ventas de soja y maíz de muchos productores a precio hecho o las fijaciones para cancelar las deudas con las entidades financieras.

Para la BCR, puede también haber operadores tentados a retener la mercadería hasta fin de año esperando mejores precios. «Podría haber productores con holgadas finanzas personales que podrían vender en noviembre; diciembre o enero, febrero de 2017, si no necesitan los fondos para su operatoria corriente».

Infocampo/Bolsa Cereales