Para quien sembró maíz los números se modificaron y mucho. La acción combinada de la quita de retenciones y la mejora en el tipo de cambio transformó un cultivo que era prácticamente inviable al inicio de la campaña a ser uno de los más rentables.

maiz

Andrés Halle, titular de Econoagro, en función de la estructura de costos en la que se incurrió para implantar una hectárea de maíz en 2015, comparó los resultados que se esperaban al hacer los números en abril de ese año y los que se pueden obtener en la actualidad.

En este sentido fue la mejora del precio interno del grano, que ronda el 90% de aumento en términos nominales, el factor determinante en la rentabilidad del cultivo.

La comparación se llevó a cabo con la misma estructura de costos para la implantación y el cuidado (corresponde a los valores de implantación del 2015), habiendo modificado los gastos de estructura, los gastos de comercialización y los de flete y cosecha. Los modelos productivos son representativos de la zona núcleo, bajo la modalidad de siembra directa. Los valores de arrendamiento superan en muchos casos los 11 qq/ha, valor que se tuvo en cuenta para los cálculos.

Debe tenerse en cuenta, que el costo de implantación y cuidado del cultivo, ha variado sustancialmente en la actualidad respecto del que se ha tenido en cuenta en este trabajo. El costo actual para el mismo modelo de maíz es aproximadamente un 35% superior al que figura en éste análisis.

El precio esperado del maíz a cosecha, en abril del 2015 era de 117 pesos el quintal, el cálculo ex-post se hizo con 220 pesos el quintal. Para el alquiler, que se ve afectado por el valor de la soja, el valor inicial considerado fue de 207 pesos el quintal y luego subió a 356 pesos el quintal.

Maíz para todos los gustos

Los gastos de comercialización, flete y cosecha se incrementaron un 70%, mientras que los gastos de estructura de campo propio y campo ajeno lo hicieron un 60% y 40% si se compara el modelo ex-ante respecto del ex-post.

En el gráfico se muestran las rentabilidades y los resultados (ex -post y ex-ante) obtenidos, por un aparcero que entregue al dueño del campo el 35 % de la producción, en función de distintos rindes.

Mientras que con los precios existentes en 2015 el aparcero sufría pérdidas incluso con rindes de 120 quintales por hectárea, en la actualidad el cultivo arroja resultados positivos con rindes de 60 quintales por hectárea. Una diferencia abismal. Por ejemplo, si el aparcero en cuestión logra un rinde de 80 quintales obtendrá una rentabilidad superior al 40% antes de impuestos, mientras que con el análisis ex-ante la renta hubiera sido un 36% negativa.

También se analizó el maíz en campo alquilado. «El alquiler, tiene como contra respecto de la aparcería, la inmovilización de mayor cantidad de capital. En términos generales, se puede decir que ello lleva implícito un mayor riesgo», razona Halle.

Para el análisis de los resultados y rentabilidades del cultivo de maíz en campo alquilado antes de impuestos, se tuvo en cuenta un alquiler equivalente a 11 quintales de soja por hectárea. En 2015 los resultados obtenidos para el cultivo eran para casi todos los rindes negativos. Recién con 120 quintales por hectárea se obtenía una renta del 6% antes de impuestos. Mientras que con los números actuales con rindes apenas por encima de los 60 quintales por hectárea se logran resultados positivos. A un rinde de 80 quintales por hectárea se obtiene un 29% de rentabilidad y un resultado de 2485 pesos por hectárea.

En campo propio

La situación para campo propio es similar a la de los casos anteriores. En el análisis ex-ante se precisaban casi 90 quintales por hectárea para obtener una renta positiva antes de impuestos.

Comparando la situación ex-post con la de abril de 2015 vemos que con 60 quintales por hectárea en las actuales condiciones de obtiene un mejor resultado que con 120 quintales por hectárea en la situación del año pasado.

Y logrando un rinde de 80 quintales la rentabilidad trepa al 91% y se obtienen 5336 pesos por hectárea.

Bolsa Cereales/La Nación