Las pulverizadoras ahora tienen el auxilio de “ojos en el aire” con la difusión del uso de drones que contribuyen al manejo de malezas.

Las imágenes procesadas y los mapas de presión de malezas se convierten en nuevos insumos para definir estrategias de pulverización.

En la presente campaña agrícola, controlar eficientemente las malezas se vuelve una tarea clave.

Con escasez de agua en el perfil, eliminar la competencia por recursos que generan es fundamental y hacerlo reduciendo costos y con menor impacto ambiental.

En este contexto, el uso de drones aparece como una herramienta que permite detectar en qué partes del lote hay mayor afluencia de malezas (ya sea en barbecho o en post-emergencia) y hacer aplicaciones zonificadas que optimicen los beneficios económicos y ambientales.
Puntería

Como se sabe, las malezas no están presentes en todo el lote, lo que implica que se requiere de herramientas de precisión para combatirlas.

Los drones brindan la posibilidad de detectar cuáles son los sectores comprometidos y realizar una prescripción para utilizar los recursos sólo donde se necesitan.

Una vez que se toman y procesan las imágenes, se aíslan áreas del lote con polígonos que identifican los lugares donde las malezas están presentes, y esa información se carga en el monitor de la pulverizadora.

De ese modo, el lote queda dividido en sectores donde hay que aplicar y otros donde no.

Cuando la pulverizadora ingresa en un área donde hay malezas, actúa; y cuando ingresa a otra donde no hay, deja de hacerlo.

Precisión

Al igual que con las tecnologías que leen la cobertura verde desde la pulverizadora, con la información que proporciona el drone, el productor puede ahorrarse hasta el 90% del costo de herbicidas y hacer que los equipos pulverizadores aumenten su capacidad operativa.

El drone, además, permite identificar plantas individuales de 15 centímetros de diámetro con gran resolución y también sirve para el manejo de malezas con el cultivo ya emergido.

En este caso, la opción de un vuelo más bajo permite identificar qué tipo de malezas hay en el lote. Este trabajo se hace por muestreo.