El segmento argentino de pulverizadoras, tanto autopropulsadas como de arrastre, registró una fuerte renovación tecnológica en los últimos diez años.

Desde la motorización que subió hasta posicionarse entre 170 y 200 CV, hasta los botalones que sumaron otros materiales (como la fibra de carbono) y se estiran más allá de los 40 metros de ancho de labor.

Es una renovación que alcanza a la estructura y el funcionamiento general de la pulverizadora, dotándola de una “inteligencia” inédita.

También irrumpió en el negocio de la pulverización el sistema de aplicaciones selectivas que, con diferentes variantes, representa una nueva era en el rubro.

Mapa

El proceso de cambios tecnológicos, junto a otros factores, puede ser uno de los argumentos en la explicación de por qué el rubro de las pulverizadoras ha cambiado un buen número de figuritas.

Al tiempo que en los últimos años un grupo de jugadores relevantes fue ocupando los primeros planos, hubo marcas que se eclipsaron o que abandonaron (al menos temporalmente) el segmento.

Cuando concluía la primera década de este siglo (allá por 2009, por ejemplo), era frecuente ver en las exposiciones los lanzamientos de empresas que pusieron su sello en pulverización.

Así, en el mercado estaban presentes modelos de firmas como Barbuy y Venado, que hoy ya no aparecen en el radar.

También se presentaban equipos de marcas como Pampero (autopropulsadas), Agroflex y Campagnaro, por no mencionar otra tan emblemática como Cinal-For.

En este último caso, se trataba de una empresa creada durante 1974 en Las Parejas (Santa Fe) por Carlos Formia y Ángel Cinalli. Con los apellidos armaron el nombre del emprendimiento.

Desde los años ´80 producía pulverizadoras automotrices y de arrastre.

Estrategias

En otros casos, alejarse de la actividad de fabricación de equipos pulverizadores, ha sido un movimiento motivado por planes estratégicos.

Por ejemplo, Apache dejó de producir la pulverizadora autopropulsada Cherokee 3227 como un paso para enfocarse en otras fortalezas, como las sembradoras.

En un renglón similar se inscribe la decisión de Tedeschi que ahora se concentra en máquinas para siembra y forrajes y desactiva la línea de pulverizadoras.

Mientras tanto, el mercado argentino vio desembarcar propuestas como las de Stara, Amazone y Kuhn, que luego de “matar” la marca Montana, plantó su propia bandera.