Transportar mercadería en camiones es cada vez más caro. En el último mes de 2018, los costos para ese sector treparon un 2.38%, lo que significa que durante todo el año el aumento acumulado fue de 61.53%. Fue el año con mayor variación de costos desde 2002, según el estudio realizado por la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC).

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Según el Índice de Costos de FADEEAC, en diciembre se mantuvo la tendencia de incrementos para el sector, que se aceleró en la segunda parte del año donde poner en marcha los motores implicó una suba del 40%. En un contexto de alta inflación minorista y mayorista, el índice se ubicará más de 12 puntos por encima de la evolución de los precios al consumidor (IPC), récord de inflación de los últimos 27 años.

Los aumentos son impulsados nuevamente por las variaciones en la mayor parte de los insumos componentes del sector, de los que sobresale el nuevo ajuste del combustible, que salió un 2.76 % más en el último mes de 2018, en conjunto con los incrementos en seguros (29.93%) y peajes (18.37%). Tras la suba en noviembre (3.31%) y luego de la enorme alza de setiembre (22.8%), el incremento acumulado del gas-oil alcanza nada menos que el 77% en el año 2018: supera el 100% desde la desregulación del mercado de hidrocarburos del 1 de octubre de 2017.

Por el lado de los costos del equipo, material rodante registró una nueva suba de 2% en tanto que neumáticos (0.44%) y reparaciones (0.15%) exhibieron aumentos menores. En esta oportunidad, el costo de personal disminuyó en relación con noviembre ya que en ese mes entró en vigencia la segunda cuota del CCT 40/89 y el pago de la asignación no remunerativa (Decreto PEN 1043/18).

El resto de los rubros (Lubricantes, Patentes y tasas), excluyendo la variación en el costo financiero (2,48 %), no sufrió modificaciones en relación con noviembre de 2018.

Las cifras se desprenden de un estudio realizado por el Departamento de Estudios Tributarios de FADEEAC, que mide 11 rubros que impactan directamente en los costos de las empresas de transporte de cargas de todo el país, y es referencia en buena medida para la fijación o ajuste de las tarifas del sector.

Con estos valores, se vuelve evidente y preocupante el contexto económico ya abiertamente recesivo en el que debe operar el autotransporte de cargas, lo que genera, entre otras consecuencias fuertes caídas en los volúmenes transportados en el consumo masivo, la industria y la construcción por destacar las actividades económicas más relevantes. En definitiva, pone en riesgo la competitividad del sector.