Desde que el gobierno inició el camino de la intervención en la comercialización del trigo con el supuesto objetivo de asegurar “la mesa de los argentinos”, los problemas productivos se han incrementado casi en la misma proporción en que se ha reducido la oferta de un producto, el trigo,  de primera necesidad, señala CARBAP.

CRA

Frente a cada campaña, desde el sector y desde la entidad en particular, anticipamos bajas en las intenciones de siembra, casi siempre desmentidas por el Gobierno Nacional.

El gobierno siempre ha tildado al sector de agoreros; pero hoy los resultados están a la vista.

La falta de previsibilidad y la desconfianza del productor ha llevado a que se reduzca el área sembrada de trigo y se coseche casi lo mismo que hace más de 110 años, cuando la tierra se labraba con arado de mancera tirado de un caballo.

Desde CARBAP hacemos responsables de este notable retroceso productivo al Ministro de Agricultura; al Secretario de Comercio; a la Industria Molinera, y a aquellos organismos que siempre impidieron encontrar una real solución a los problemas de esta cadena productiva y se dedicaron fervientemente a entorpecer los mercados.

Ni siquiera el recientemente fideicomiso creado para reintegrar los derechos de exportación del trigo a los productores podrá revertir la caída de superficie sembrada del cereal.  A través del CEPAGA (Certificado de Estimulo a la Producción Agropecuaria Argentina) se intenta, ingenuamente,  volver a recobrar la confianza perdida del productor en casi 7 años de políticas aberrantes para la producción.

Esto ocurre después de una “década perdida por la intervención”, y como una real consecuencia de las nefastas políticas aplicadas al cultivo,  siempre denunciadas por CARBAP.