Aumentar la productividad siendo sustentable es el desafío del presente y del futuro. Aapresid, a través de Agricultura Certificada y Monsanto, se reunieron en Rosario para seguir haciendo de la sustentabilidad el tema fundamental.
“Como productores, debemos ser conscientes de que, tengamos premio o no, vamos a tener una demanda creciente de sostenibilidad”, advirtió César Belloso, presidente de la asociación, en una reunión organizada junto a Monsanto en Rosario para debatir este tema.

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“Tenemos que producir más conservando el ambiente y mejorando las vidas”, señaló a su turno Michel Doane, responsable global del área de Sustentabilidad de Monsanto.

Según se estima, la población mundial se incrementará en un 50% en los próximos 50 años, llegando a los 9.000-11.000 millones de habitantes, y en consecuencia, aumentará considerablemente el consumo de alimentos y energía.

De acuerdo a Doane, la población está creciendo 1,4% anualmente; la demanda de alimentos 1,75%, la de agua 2% y la de energía 2,5%. Pero por otro lado, los rendimientos de los cultivos ganan sólo un 1% cada año.  “Para 2030 se necesitará 127% más de soja, 83% más de maíz, 197% más de algodón, 64% más de azúcar y 38% más de arroz”, detalló. Es decir que habrá que incrementar la productividad con recursos cada vez más escasos.

El ingeniero Martín Descalzo, gerente del programa de Agricultura Certificada (AC) de Aapresid, llamó a respetar un “triple balance: social, ecológico y económico”  de manera de consolidar un modo de producción equitativo que respete el ambiente y sea viable. “En 1950 había 0,52 hectáreas por persona; en 2000, la relación se redujo a 0,25; y en 2050 será de 0,16, por eso debemos hablar de sustentablidad, necesitamos producir más tanto en cantidad como en calidad”, expresó Descalzo.

En ese camino, Aapresid impulsa la Agricultura Certificada, un programa basado en la producción bajo siembra directa respetando buenas prácticas agrícolas, ambientales y sociales a lo largo del tiempo, las cuales deben registrarse y medirse a través de indicadores. El cumplimiento de estos requisitos es corroborado, luego, por auditores externos que otorgan la certificación. “Hoy en día hay 14 empresas con certificación de AC, son 24 establecimientos que abarcan 27.900 has, y 75 en proceso de obtenerla”, contó el ingeniero.

En la actualidad, la asociación trabaja en la homologación de su programa de AC con RTRS (Round Table on Responsible Soy), un sistema de certificación de la producción de soja a nivel mundial.

Mejor, en cadena

En el encuentro, Fred Luckey, presidente de Field to Market (“Del campo a la góndola”), dio a conocer la experiencia de esta alianza de empresas, agricultores, universidades, grupos conservacionistas e instituciones vinculadas a la agroindustria que promueve la producción sustentable. “Es un grupo de partes diversas y colaborativas que se reúnen con foco en la producción de commodities, apuntando a la sostenibilidad y la mejora continua”, definió Luckey. Para eso, miden algunos indicadores sencillos que les permiten determinar en qué situación están produciendo los agricultores.

Field to Market, desarrolló un “calculador de la huella del campo” (Field print calculator) disponible vía web. Se trata de una herramienta para que los productores puedan comparar su desempeño a nivel de campo, desde el punto de vista de la sustentabilidad, identificando sus oportunidades de cambio y mejora. A través del calculador se mide la eficiencia en el uso del agua y la energía, se analiza el uso de la tierra, la conservación del suelo, el carbono y la calidad del agua, entre otros. “Los productores cargan sus propios datos en la plataforma -que son confidenciales- y pueden determinar en qué lugar están parados respecto de otros planteos. El objetivo es cumplir una función educativa para que los agricultores puedan tomar decisiones informadas y acelerar la adopción de las mejores prácticas”, explicó el directivo.

Entre las empresas del grupo se encuentran Monsanto, Syngenta, Dupont, Cargill, Pioneer, Dow, Jhon Deere, Coca Cola, Wall Mart, Kellog’s, Unilever y Fundación Vida Silvestre.

Según Luckey, la agrupación pretende generar un diálogo habilitante en donde estén involucradas todas las partes de la cadena, haciendo un abordaje basado en la ciencia y en indicadores mensurables a fin de encontrar acuerdos beneficiosos para todos.

“No podemos esperar, hay que duplicar la producción de alimentos con recursos limitados, tenemos que armonizar las distintas posiciones”, advirtió el directivo.

Ser y parecer

Hoy en día, muchos agricultores, empresas, asociaciones, instituciones científicas y educativas están trabajando con la mira puesta en la sustentabilidad pero sus esfuerzos y avances no siempre son conocidos por la comunidad. “Además de ser tenemos que parecer”, dijo Belloso aludiendo a la necesidad de mejorar la comunicación.

En tanto, Doane consideró que el desafío es superar la crisis de confianza que se registra. “Monsanto quiere justificar la innovación de forma tal que los clientes y consumidores nos entiendan, necesitamos mejores argumentos porque hay una corriente antitecnológica”, indicó.  La multinacional está invirtiendo recursos en el área de sustentabilidad a fin de catalizar el liderazgo en la cadena de valor, promoviendo el compromiso de todos sus integrantes ya que tal como reconoció el ejecutivo “la agricultura está en el centro del debate y hoy ni los gobiernos ni las empresas tienen licencia para liderar debido a la falta de credibilidad”.

Un ejemplo de lo que la compañía está haciendo en este sentido, es su centro de aprendizaje del uso del agua en EEUU, donde se realizan pruebas de distintos manejos con diferentes híbridos. “Instalamos un sensor en el suelo que le indica al productor cuándo debe aplicar riego y cuándo no, de ese modo hemos obtenido mejores rendimientos con una disminución de un 40% del consumo de agua”, detalló el directivo de Monsanto dando cuenta de que con tecnología y buenas prácticas, es posible producir más y de manera sustentable. Este es el desafío en una época de grandes oportunidades.