Entre los días 16 y 18 de mayo se realizó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el edificio San José de la UCA, el Primer Seminario-Taller sobre “Estado de situación Regional sobre la problemática de Malezas Resistentes”. La organización estuvo a cargo del SENASA, con el apoyo del Mercosur y la Unión Europea.
El primer día, ante un importante auditorio, el acto de apertura estuvo encabezado por el director nacional de Protección Vegetal del SENASA, Diego Quiroga; el director de Vigilancia y Monitoreo, Pablo Cortese, y por la coordinadora de Bioseguridad Agroambiental, Silvia Passalacqua. A continuación, el investigador argentino Martín Vila Aiub, quien se encuentra trabajando momentáneamente en Austalia, expuso la situación de malezas resistentes en ese país, especialmente sobre Lolium rigidum y Raphanus raphanistrum que son las dos especies que más complicaciones les generan.

Vila Aiub destacó que la presencia de malezas resistentes se extiende casi al 100% de la superficie cultivada, lo que motivó a hacer un gran esfuerzo público-privado para abordar la situación. El especialista afirmó que hay solución para el problema y lo que se debe buscar es maximizar la vida útil de los herbicidas. Par esto se utiliza la técnica del doble golpe (2 aplicaciones sucesivas con 10 días de diferencia, en primer lugar con un sistémico y luego con un quemante), rotaciones de herbicidas y cultivos, diseños de cultivos que compitan con las malezas, y un control muy fuerte sobre las semillas de las malezas resistentes, con herbicidas aplicados antes de la semillazón y con el uso de accesorios adaptados a las cosechadoras que muelen las semillas de las malezas o permiten juntar la paja para su empacado o quemado posterior. Es de destacar el nivel de organización con el que cuentan, lo que permitió generar con aportes públicos y privados en partes iguales, el “Australian Herbicide Resistence Institute” que cumple un rol fundamental en el mapeo periódico de la superficie afectada con malezas resistentes y por otro lado encontrar prácticas de manejo adecuadas a los distintos casos que afecta la producción local.

Posteriormente, el investigador del IFEVA-CONICET Claudio Ghersa disertó sobre la resistencia en Argentina y los factores predisponentes en las distintas regiones del país, haciendo hincapié en el mapa de riesgo de Sorgo de Alepo que presentó hace algunos meses. La situación Argentina fue complementada por Matías Campos, asesor de AACREA, quien mostró las malezas más problemáticas en las distintas Regiones CREA y las principales causas de las deficiencias en el manejo que están sufriendo los productores, así como el impacto económico que esto genera.

Por la tarde, especialistas locales expusieron la situación de cada país, Brasil, Paraguay, Uruguay, Perú y Bolivia, haciendo incapié en las especies que manifiestan resistencia en cada uno y la forma en que los distintos actores de cada país están trabajando en el tema.

Los días 17 y 18 se llevó a cabo un taller complementario con representantes del sector público y privado de cada país, con el fin de detectar las principales deficiencias en el abordaje de la problemática de malezas resistentes a nivel regional, y definir líneas de acción a futuro. De esta instancia estuvo participando el Ing. Agr. Pablo Lopez Anido, Director Adjunto del Programa REM e integrante de la Comisión Nacional de Plagas Resistentes (CONAPRE).

Entre las deficiencias se destacaron la falta de concientización y/o priorización del tema en la región, tanto a nivel productivo como el potencial impacto en la comercialización; la necesidad de priorización de líneas de investigación referentes a la temática; la falta de infraestructura para investigación; la insuficiente difusión de conocimientos actuales a los actores involucrados; el Insuficiente monitoreo de malezas y mapas de riesgo; y la necesidad de adopción del manejo de malezas en el contexto de las buenas prácticas agrícolas.

Consecuentemente, se definieron líneas de investigación a implementar, con el fin de un mayor conocimiento de las especies resistentes, así como diseñar prácticas de manejo que retarden la aparición de resistencia y que permitan controlar las malezas ya resistentes. Al mismo tiempo se definieron tareas en torno a dar mayor transferencia de información sobre estos temas a nivel regional.

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