Un informe del Diario Ámbito Financiero, da cuenta que las lluvias que se registraron durante los últimos días favorecieron los cultivos de maíz y trigo y fijaron las condiciones para un buen comienzo de la siembra de soja, que se generalizará el mes próximo, según explicaron ayer expertos climáticos.

Este mes fue muy húmedo en la zona productora núcleo, luego de una severa falta de agua durante septiembre que retrasó parte de la implantación del maíz y generó temores respecto del futuro de la cosecha de trigo 2011/12.
Los agricultores ya sembraron la mayor parte del maíz de la temporada actual, mientras que el trigo actualmente está creciendo.

A su vez, algunos productores ya comenzaron a plantar soja, el cultivo más importante del país, pero el grueso de la oleaginosa 2011/12 será sembrada en noviembre.

“La franja central del país ha recibido precipitaciones que servirán para sostener la mejora que había tenido en la primera quincena del mes”, dijo Germán Heinzenknecht, un meteorólogo de la Consultora de Climatología Aplicada en Buenos Aires.

“Las condiciones son realmente favorables como para que la siembra de soja pueda avanzar sin demasiados problemas”, explicó.

La Argentina es el tercer proveedor internacional de soja y el principal de su aceite y harina derivados.
“Por ahora las precipitaciones son bastante buenas. No hay déficits significativos en la mayor parte de la región”, señaló Liliana Núñez, jefa de agrometeorología del estatal Servicio Meteorológico Nacional.

Las recientes lluvias redujeron la preocupación respecto de que el fenómeno climático La Niña -que tiende a recortar las lluvias en la zona agrícola de la Argentina- pueda convertirse en un problema para los cultivos este año.

“En gran parte de la región productora del centro-este del país, la humedad de los suelos se encuentra al máximo posible”, dijo Anthony Deane, director de la firma Weather Wise Argentina, con base en Buenos Aires. Y agregó: “En noviembre, el volumen de las lluvias mermará, pero eso no afectará la siembra de soja. Aunque en febrero, cuando esté floreciendo, podrían verse efectos adversos por una sequía causada por La Niña”.

Los agricultores afirman que las medidas intervencionistas del Gobierno, que incluyen restricciones a las exportaciones de maíz y trigo, son aplicadas en forma desorganizada, lo que desalienta la inversión en el sector.