La Bolsa de Comercio de Rosario informó que el rally alcista de la soja no se toma respiro y ya cotiza en máximos en 6 años y medio en el mercado de Chicago. Los mercados globales exhiben preocupación en torno al suministro sudamericano, afectado por el año Niña y ante una demanda China que parece implacable.

La revalorización en los precios de los productos del principal complejo exportador de nuestro país podría elevar el ingreso de divisas por su exportación en un 37%, de acuerdo a proyecciones propias según precios FOB oficiales al día miércoles 6 de enero. Tengamos presente que esta situación se presentaría siempre y cuando se mantengan estos valores en los próximos meses, a medida que se comercialice con el exterior dicha producción.

Estimando un saldo exportable cercano a 7,5 millones de toneladas de poroto de soja, 27,7 Mt de harina/pellets y 5,1 Mt en exportaciones de aceite, el ingreso total de la campaña en concepto de exportaciones de los tres principales productos del complejo, a precios actuales y con los supuestos adoptados, podría alcanzar 22,5 mil millones de dólares.

Es necesario aclarar que para este cálculo se ha supuesto una distribución de embarques mensual similares al promedio de las últimas campañas. A su vez, se emplea el supuesto fuerte de que todo el saldo exportable, que a poco de finalizar la siembra es una proyección tentativa, se comercializa a los precios del último miércoles. Es decir, se ignoran los precios de la mercadería ya comercializada, y se asume que los precios a los que se fijen las ventas al exterior en lo posterior se darán por los valores actuales

Ahora, es preciso preguntar: ¿Argentina está aprovechando los precios de la soja más altos en 6 años?

Analizando lo que el complejo exportador de soja lleva comercializado hasta la fecha de la nueva campaña 2020/21, se tiene que se anotaron DJVE por apenas 616 mil toneladas de harina y pellets, 310 mil toneladas de poroto y 296 mil toneladas de aceite; es decir, menos del 5% del saldo exportable estimado para cada uno de estos productos.

Al realizar comparaciones con la dinámica comercial de la campaña 2019/20, el menor ritmo de comercialización externa es sumamente notorio; en harina de soja, el principal producto exportado del complejo, las DJVE a la fecha caen en un 90% en relación al ciclo previo.

Es necesario destacar para un correcto análisis, sin embargo, que el año 2019 tuvo la particularidad de ser un año de elecciones presidenciales. Se aceleraron las ventas externas a partir de agosto producto de las previsiones de una modificación en el esquema de retenciones ante el probable cambio de las autoridades nacionales.

Si realizamos la comparación con la negociación temprana de la cosecha 2018/19, un ciclo más representativo de los flujos de negocios usuales, puede encontrarse un avance comercial bastante similar, con un retraso menor en las DJVE de harina y poroto, aunque sopesadas por mayores ventas de aceite.

La contracara de este proceso es el ritmo de ventas de la mercadería en el mercado interno. Nuevamente, la campaña 2020/21 pierde en la comparación con la 2019/20, para la cual a fines del diciembre previo al inicio oficial de la campaña ya se había comercializado un cuarto de la cosecha. En aquella oportunidad, además, el productor buscó fijar tempranamente el precio al grano.

Actualmente, se vendió un 11% del total de lo que se espera producir en la campaña 2020/21, habiéndose fijado precio apenas sobre un 5% de la cosecha estimada. Es decir, los productores argentinos todavía deben fijar precio sobre el 80% de lo que se produciría como grano con destino comercial en nuestro país.

En todo este proceso han influido las dudas que surgen este año por la cuestión climática y las medidas de fuerza adoptadas por reclamos salariales y laborales que paralizaron las actividades en el complejo oleaginoso nacional durante los meses de noviembre y diciembre, especialmente en este último mes.

Según datos relevados en la plataforma SIO-Granos, diciembre exhibe una aceleración en los tonelajes comercializados de la próxima campaña, con el acumulado que se incrementó en un 35% entre el primer y el último día del mes. El aumento de negocios de mercadería nueva puede suponerse que es en gran parte consecuencia de las ganancias que se presentaron en las cotizaciones durante el último tramo del año.

Este registro, contabilizando solo operaciones de compra-venta de granos (sin incluir operaciones de canje), representa el segundo mayor volumen de negocios anticipados desde que la plataforma se encuentra operativa, encontrándose sólo por detrás de lo sucedido en la campaña pasada.

En el contexto internacional buena parte de las miradas de los agentes están puestas en el desenvolvimiento del clima en Sudamérica. La ausencia de lluvias en el último tramo de 2020 y el aumento de las temperaturas propias del verano en el hemisferio sur mantienen la incertidumbre sobre los rindes de la soja sudamericana, y contribuyen a la suba de los futuros de soja y sus derivados que llegan a valores máximos en 6 años y medio.

En lo que respecta a Brasil, que se espera sea el mayor productor de soja en 2020/21, ha comenzado lentamente la cosecha de la oleaginosa en regiones de Mato Grosso donde se había aprovechado una ventana climática temprana en la cual se presentaron lluvias mejorando el perfil del suelo y permitiendo la siembra.

Sin embargo, se sugiere que los primeros relevamientos presentaran avances por debajo de lo registrado en la campaña anterior debido a las escasas lluvias. En este sentido, se espera que el avance de la cosecha para finales de enero se encuentre por debajo del 25% (respecto a la superficie total) que se presentó en Mato Grosso en el año pasado.

Por otra parte, las precipitaciones acumuladas en 3 de las principales 4 provincias productoras de Argentina (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos) se ubicaron por debajo de lo normal, siendo Santa Fe la única excepción (según datos del World Meteorological Organization al 29 de diciembre).

En esta última provincia, las lluvias fueron más abundantes en el norte, con lo cual la esperanza de los productores de soja del sur provincial está puesta en la llegada de nuevas lluvias que puedan potenciar los rendimientos. En la zona núcleo, la soja de primera se encuentra entre finales de la etapa vegetativa y comienzos de floración.

Para que el cultivo se desarrolle y cierre el surco aprovechando toda la radiación solar se precisan lluvias, ya que el agua en suelo no será suficiente. Desde GEA advierten que en los próximo 10 a 20 días, según la zona, “la soja ingresa en el periodo de definición de rendimiento y si no hay lluvias importantes en los próximos 10 días, el rendimiento potencial se verá comprometido.”