Se trata de la plaga más importante que afecta a peras y manzanas, con pérdidas que perjudican la economía regional y limitan el acceso a mercados internacionales. Tecnologia desarrollada por el INTA Alto Valle.

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La Carpocapsa (Cydia pomonella, L.) es la plaga más importante de los frutales de pepita en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Su presencia genera pérdidas significativas en la economía regional y limita el acceso a mercados internacionales. La falta de medidas de control provoca pérdidas cercanas al 100 % de frutos dañados. Por esto, el INTA determinó que la conservación en frío de la fruta durante un período determinado de tiempo, produce la mortandad del 100% larvas que pudieran tener los frutos embalados con destino a exportación.

Liliana Cichón, especialista en control biológico de plagas en fruticultura del INTA Alto Valle, señaló que “el gusano de la pera y la manzana puede generar pérdidas de hasta el 100 % de la producción, lo que repercute directamente en la economía regional y provoca limitaciones en el acceso a destinos tradicionales y a nuevos mercados”.

Desde la década del 90, el INTA Alto Valle trabaja en el estudio y en el diseño de estrategias para la intervención fitosanitaria. Así, “gracias a la implementación del Programa Nacional de Supresión de Carpocapsa por parte del Senasa –mediante la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (Funbapa)–, financiado por el Ministerio de Agricultura de la Nación, se disminuyó a escala regional del 6 % a menos del 0,2 % el porcentaje de frutos dañados”, expresó Cichón quien además agregó: “Con esto, se redujo además hasta un 70 % el uso de insecticidas en la región”.

El INTA Alto Valle evaluó, la conservación en frío de los frutos desde la cosecha hasta la exportación, durante diferentes períodos de tiempo, como una herramienta adicional para la mitigación de los riesgos.

“Demostramos que con la conservación de manzanas y peras a temperaturas de 0 a -1°C, respectivamente, por un período de ocho semanas se logró el 100 % de mortandad de todos los estadios intermedios de carpocapsa”, explicó Cichón.

Para Cichón: “El gusano puede generar pérdidas de hasta el 100 % de la producción, lo que repercute directamente en la economía regional y provoca limitaciones en el acceso a destinos tradicionales y a nuevos mercados”.

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La importancia de la tecnología

Brasil es una nueva región productora de manzanas, que se expandió en las últimas dos décadas. Por esto, los productores determinaron que era estratégico ser libres de carpocapsa, por tratarse de una plaga cuarentenaria.

A fines de 2014, los productores brasileros lograron erradicar la plaga y cambiar el estatus sanitario a Plaga Cuarentenaria A1, que implica riesgo económico potencial para una región en la que no está presente.

Para resguardar su programa de erradicación, “implementó un sistema de mitigación de riesgo de introducción de larvas vivas para todos los países que quisieran exportar a su país”, señaló Cichón, quien aclaró: “Esto fue determinante para la producción de la Argentina, debido a que este mercado representa hasta el 30 % de las exportaciones de peras y manzanas”.

Como resguardo de ese estatus sanitario, a partir de fin de marzo del 2015 se cerraron las fronteras para el intercambio comercial de manzanas. “Por esto, es central la tecnología desarrollada por el INTA”, aseguró. “El seguimiento durante la conservación frigorífica de las larvas presentes en las cajas embaladas de frutas de pepita, nos permitió demostrar que en un período de ocho semanas a temperaturas de entre 0 y -1 ºC, se producía la mortandad del 100 % de todos los estadios intermedios de carpocapsa”, remarcó.

“Si bien la conservación en frío es una técnica habitual en el proceso de toda la fruta destinada a la exportación, se demostró que es una herramienta eficaz para lograr el control total de las larvas, sin agregar ningún producto químico adicional”, expresó Cichón.

El uso de esta información por parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), fue el sustento técnico que permitió el éxito en las negociaciones con las autoridades sanitarias de Brasil para levantar la suspensión a las importaciones de peras y manzanas argentinas.