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La cadena de valor del maíz y del sorgo constituye un pilar fundamental para el desarrollo de Argentina. Ambos cereales contribuyen positivamente a la actividad económica y las exportaciones, y tienen un impacto significativo en la generación de empleo, los ingresos fiscales y la sostenibilidad del sistema productivo. De ahí que la única manera de aumentar nuestros aportes a la sociedad es mediante la generación de riqueza a partir del incremento en la producción de materias primas y sus subproductos.

Sin embargo, la concreción de tales objetivos es una tarea que requiere sinergia entre los actores del sector privado y de un Estado que actúe como motor de las iniciativas privadas, con políticas que incentiven la producción, desarrollen las industrias que utilizan nuestros insumos, ayuden a abrir mercados y estimulen la complementación agroindustrial. Es por todo ello, y muchas cosas más que en el plano nacional la cadena tendrá que sortear problemas de extrema complejidad.

Creemos profundamente en el valor de nuestra Constitución Nacional y su concepción Republicana de división de poderes. Cada uno de estos tres poderes debe velar por los derechos de los ciudadanos que formamos este país.

Es imperioso que el Estado Nacional implemente políticas económicas eficaces que den certeza a la producción, como al resto de la población. Para ello el combate contra la inflación es un deber ineludible y su negación conduce a  la aplicación de recetas de difícil comprensión y quizás, de dudosa efectividad.
Volvemos a reiterar que necesitamos una mayor inversión en infraestructura ferroviaria y vial para que las producciones agropecuarias e industriales lleguen a los centros de consumo o  a los puertos con valores de flete competitivos.

Una mejor infraestructura en rutas significa también tener una menor cantidad de accidentes viales, que se cobran miles de vidas al año, para lo cual confluye por un lado, el aumento de vehículos en circulación y por el otro la desidia en la reparación de las rutas y la obsolescencia de las mismas. Debido a esto estamos pagando silenciosamente un costo social altísimo, del que poco se debate.

Uno de los problemas en los que venimos trabajando, pero que aun no hemos podido solucionar, es la brecha que existe entre el precio FOB argentino y el precio que percibe el productor. Es fundamental solucionar el problema comercial. MAIZAR continúa insistiendo sobre la necesidad de contar con mercados transparentes, sin cuotificaciones o asignaciones arbitrarias que afecten el normal proceso de formación de precios, desalentando la producción.

En los últimos años la agricultura ha ganado competitividad gracias al mejoramiento genético, mejores prácticas de manejo y la biotecnología. Por lo tanto, es fundamental seguir desarrollando los conocimientos y las tecnologías necesarias para que el cultivo exprese su máximo potencial. Esta campaña que está finalizando, a pesar de que el área cayó un 8% respecto de la anterior, se logrará el record de producción y exportaciones de maíz.

En lo que se refiere a la incorporación de nuevas áreas, hemos acompañado al Ministerio de Agricultura y a la Asociación de Semilleros Argentinos en la iniciativa para desarrollar el cultivo de maíz en la Patagonia, que asociado a la producción de carne libre de aftosa generará un nuevo polo agroindustrial, que se traducirá en mayor prosperidad y progreso de los habitantes de la región.

MAIZAR, tiene como objetivo primario la consolidación y unificación de todos los actores que integran la cadena del maíz y del sorgo, desde la tecnología del cultivo y su producción como grano hasta su industrialización más tecnificada. Es clave contar con la dedicación y el compromiso de todos los sectores para fijar metas comunes que sean la base de nuestros planes de acción.

Nuestra estrategia basada en relaciones nos permite alcanzar una visión unificada e integradora y accionar sobre la base de una perspectiva compartida por todos los actores internos y externos comprometidos con el desarrollo. Este ejercicio de trabajo no es una gimnasia fácil, requiere mucho tiempo y esfuerzo armonizar los intereses de los diversos sectores. Pero vale la pena, porque es la única actitud que hace posible un desarrollo armónico.

La propuesta implica acabar con la pequeña discusión de intereses sectoriales y mirar para y con el conjunto. Tenemos que volver a pensar en el largo plazo, continuar con el diálogo y la búsqueda de consensos tanto entre los diferentes sectores de la economía como entre el sector privado y el público, sobre todo en aquellas áreas donde existe disenso entre los distintos sectores.

En la misma sintonía hoy veremos también la importancia de trabajar unidos junto a los principales países productores de maíz. El año pasado anunciamos que estábamos manteniendo reuniones con las Asociaciones de Maíz de Estados Unidos y Brasil para articular un frente común que nos permita trabajar en conjunto frente a ciertas voces o prejuicios que comenzaron a aparecer en el mundo contra la producción y transformación de maíz.

Esta situación nos llevó a encontrar visiones compartidas entre los tres países para la defensa de nuestras principales actividades productivas, de la producción agrícola moderna y el uso responsable de la tecnología. Es por ello que hoy vamos a formalizar la creación de la Alianza Internacional de Maíz llamada MAIZALL y por esta razón hoy nos acompañan Don Fast y Julius Schaaf, presidente y vicepresidente del directorio del US Grains Council, la señora Pam Johnson, presidenta de la National Corn Growers Association (NCGA) y Alysson Paolinelli y Sergio Bortolozzo, presidente y vicepresidente de Abramilho.

Las bases están dadas: entre los tres países originamos el 50% de la producción mundial de maíz y representamos más del 70% del comercio mundial, contamos con muy buenos suelos, productores entre los más eficientes del mundo, la tecnología más avanzada y un gran impulso industrial y comercial. Todo está listo para multiplicar el negocio actual.
Las actividades que vamos a llevar adelante a partir de esta alianza se ven reflejadas en las palabras del Papa Francisco, que pronunciara en la homilía de la Misa de Inicio de su Pontificado del 19 de marzo último.

“Pido por favor a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que sean custodios de la creación, del designio de Dios inscripto en la naturaleza, guardianes del otro y del medio ambiente”.