Representantes de la cadena cerealera se reunirán en los próximos días con funcionarios del Ministerio de Agricultura para terminar de definir el nuevo esquema de comercialización del trigo y el maíz, con el objeto de que entre en vigencia en la presente campaña 2011/12.

El subsecretario de Agricultura, Oscar Solís, terminará de definir con referentes de la cadena lineamientos generales y particulares del sistema que se pondría en vigencia a partir del 1 de diciembre, informó hoy el diario El Cronista Comercial, explicando que además del acuerdo con los privados y el aval presidencial, Agricultura busca tener solucionado el problema del stock acumulado de trigo y maíz por la cuotificación de las exportaciones que comanda el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, desde hace más de cuatro años.

La última declaración respecto a cuánto trigo físico tienen los distintos eslabones de esa cadena cerealera parece ir en ese sentido, ya que Solís repite que se liberará de manera inmediata todo el tonelaje que exceda 1,2 millón de toneladas necesarias para garantizar el abastecimiento interno de acá a fin de año más un plus por cualquier eventualidad.

Se estima que existen entre 2 y 2,4 millones de toneladas de trigo de la cosecha anterior que podrían liberarse de manera inmediata, a lo que se suma que habría 2,5 millones de toneladas de trigo en la misma situación, con lo que se estaría ante la posibilidad de que ingresen al país divisas por unos 130 millones de dólares.

Hasta ahora Moreno sólo autorizó nuevas ventas externas por 300.000 toneladas de trigo y 500.000 de maíz, cantidades que la exportación ya tenía compradas por lo que no impactó en los precios al productor.

El nuevo esquema comercializador surgió de una propuesta de Agricultores Federados Argentinos (AFA), entidad vinculada a Federación Agraria (FAA), y apunta a que el productor sea quien determine cuándo y cómo comercializará su cosecha.

A cambio de un compromiso de garantizar que una cantidad determinada de trigo y maíz se vuelque al mercado interno para no amenazar la seguridad alimentaria, los productores serían quienes reciban los permisos de libre disponibilidad del 60 % de su cosecha estimada, que podrá ser exportada sin restricciones.