La decisión del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de prohibir las importaciones de agroquímicos y fertilizantes durante esta semana para bajar la presión sobre el dólar despertó la preocupación no sólo de empresas del sector, sino de embajadas del exterior cuyas compañías están presentes en la Argentina.

Como ya lo hizo el viernes pasado, ayer el funcionario se volvió a contactar con diversas empresas del rubro y repitió una frase: «No importen nada hasta el próximo lunes, cuando me vuelva a comunicar con ustedes».

«Fue muy cordial, pero breve con ese mensaje», precisó una fuente del negocio.

En algunos casos, el secretario de Comercio Interior también solicitó a sus interlocutores no girar dólares a las casas matrices por las próximas dos semanas y preguntó, además, qué nivel de divisas necesitaban como mínimo para pagar a sus proveedores externos.

Algunas compañías le enviaron por escrito la contestación a esta última requisitoria, según trascendió.

«Todas las empresas que recibieron las llamadas están preocupadas», confió una fuente del sector consultada.
Hace unos días, además, empresas de maquinaria agrícola también recibieron el requerimiento de que frenaran el envío de fondos al exterior.

La movida oficial contra la importación de agroquímicos y fertilizantes causó inquietud en algunos círculos diplomáticos del exterior. A modo de ejemplo, funcionarios de la embajada de Alemania en Buenos Aires hicieron discretas llamadas para conocer más sobre los alcances de la medida e interiorizarse sobre la suerte de gigantes de ese país radicados en la Argentina, como Basf y Bayer.

Según pudo saber LA NACION de diversas fuentes, Achim Viereck, consejero de asuntos agropecuarios de la embajada alemana, ayer estuvo activo consultando sobre esta medida.

Ante una consulta de este diario, Viereck se excusó de hablar diciendo que no tenía «el derecho a dar entrevistas» y que no podía confirmar la información que ayer trascendió en diversos ámbitos del sector de los insumos.

Lo único que señaló fue que «la embajada debe informarse de si hay problemas» y agregó: «Nosotros siempre estamos en contacto con las empresas».

Las llamadas de Moreno ayer tuvieron nuevos destinatarios, pero todos vinculados con la importación de agroquímicos y fertilizantes.

«Paren todo», dijo en una empresa nacional. «Nosotros tenemos mucha gente que vive de la importación que hacemos y esto nos preocupa», expresaron en otra empresa del rubro.

Ayer fue un día de furia entre las empresas del sector, que cruzaron llamadas entre sí para evaluar la situación.
En varias de ellas proyectaron que las compañías más grandes tienen suficiente stock de mercadería para afrontar un freno a la importación durante un buen tiempo.

«El problema está con las empresas más chicas, que no tienen mucha espalda para aguantar. Pero todo va a depender del tiempo que esto dure», explicó una fuente vinculada con este negocio.

Se estima que todos los fertilizantes que se necesitan para esta campaña de soja y maíz ya se encuentran en el país. La producción agropecuaria consumirá este año alrededor de 3,7 millones de toneladas; entre el 60 y el 65% de esa mercadería proviene del exterior. El mercado representa en total un negocio de US$ 1500 millones.

En tanto, en agroquímicos todavía haría falta importar un 30 por ciento de productos para la campaña, en especial fungicidas e insecticidas. Los agroquímicos mueven unos 2000 millones de dólares y la importación ronda, según datos oficiales de 2010, la suma de 1300 millones de dólares.

Ayer, algunas empresas señalaron que pudieron retirar sin problemas la mercadería que tenían en Aduana. Pero expresaron sus temores por los pasos del Gobierno en los próximos días.

«Nosotros pudimos sacar lo que teníamos, pero no sabemos qué va a pasar mañana [por hoy] o en los próximos días», comentaron en una multinacional.

En este contexto, el temor de no pocos empresarios era que la Aduana suspendiera literalmente la inspección de productos que ya arribaron.