El dólar en Brasil rozó los 2 reales, pero por la intervención del Banco Central cerró en 1,89, con una caída de 2,5%. Otra jornada de derrumbe en los precios de los commodities, fuerte devaluación del real y el riesgo país en los casi 1.000 puntos básicos renovó la preocupación del Gobierno y de los empresarios por las consecuencias que este escenario turbulento podría ocasionar en la Argentina en el corto y mediano plazo.

La cotización de la soja –el gran sostén de las finanzas públicas– se ubicó en los u$s 470 la tonelada, el menor valor de los últimos seis meses, y la moneda brasileña sólo cerró con una depreciación de 2,5% gracias a la rotunda intervención que realizó el Banco Central del vecino país. De lo contrario, habría cerrado en torno a los 2 reales por dólar. Finalmente, se ubicó en 1,89 por dólar, valor que ya comienza a significar un dolor de cabeza para los industriales argentinos.

El ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, consideró que las recientes fluctuaciones de las monedas de países emergentes –como la de Brasil– se debieron a una creciente aversión la riesgo, pero sostuvo que la cotización “todavía no llegó a los niveles de desvalorización de 2008. No sabemos hasta dónde puede llegar la depreciación”, afirmó, en un intento por darle señales al establishment paulista de que el país garantizará la competitividad de sus industrias.

Desde fines de julio, la moneda se depreció 18,8% y sólo en septiembre perdió 14% de valor. Los vaivenes de los mercados y la devaluación del real fueron ampliamente abordados en el congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que está realizando en el hotel Loi Suites de Puerto Iguazú. “Hay que seguir muy de cerca la devaluación del real para el corto y largo plazo. Lo que es indudable es que el movimiento fue rápido y violento, aunque también es cierto que es una corrección en el fenómeno de apreciación de largo plazo”, manifestó Gustavo Macchi, presidente del IAEF y gerente general de Finanzas de Arcor. Por su parte, Guillermo Campanini, director de Administración, Finanzas & Gestión de Activos, coincidió en que si bien la devaluación de Brasil fue muy fuerte en los últimos días, “es un reacomodamiento ante todo. El dólar abajo de los 2 reales es la zona habitual. Por encima de ese número se puede hablar de una real devaluación”. Aunque todavía las empresas argentinas no sienten las consecuencias de la pérdida de valor del real, los industriales comenzaron a mostrarse más alertas y algunos sectores evalúan reunirse con el gobierno para reclamar mayor protección. Industrias como la automotriz se puede ver afectada en sus exportaciones, mientras que rubros como el de la maquinaria agrícola, por ejemplo, podrían verse golpeados por mayores importaciones brasileñas, favorecidas por un tipo de cambio más competitivo. “Estamos muy preocupados por la situación de Brasil. La devaluación genera precios más bajos, y si el gobierno no cuida el mercado interno nos quedamos sin tractores y cosechadoras nacionales”, manifestó el presidente de la Cámara Argentina de Maquinara Agrícola (Cafma), José María Alustiza. El dirigente afirmó que hoy con las licencias no automáticas el sector está protegido, pero “tienen que tomar otras medidas para evitar devaluar”. A su vez, el empresario del sector de calzado, Guillermo Gotelli, sostuvo que esta suba del dólar en Brasil apunta a neutralizar un poco el efecto internacional y afectará a la Argentina si se produce una recesión en el principal socio del Mercosur. Por otra parte, una encuesta realizada entre los industriales metalúrgicos de Córdoba reveló que casi la mitad cree que el peso debería devaluarse cerca de 21% para acomodar la competitividad del sector.

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