UPL Argentina participó del congreso realizado en Mar del Plata y no solo presentó su portafolio de herbicidas para el manejo sustentable de malezas sino también su último lanzamiento, una potente solución biológica para la recuperación del estrés en el cultivo de soja.
Mantener un lote limpio de malezas controlando las especies resistentes y utilizando estratégicamente las herramientas herbicidas disponibles sin afectar al cultivo tratado es sin dudas el desafío cotidiano al que se enfrentan productores y técnicos en el lote. En el Congreso Argentino de Malezas 2023 realizado en Mar del Plata, UPL Argentina presentó una biosolución que permite que el cultivo se recomponga del estrés ocasionado por diversos factores, entre ellos, fitotoxicidad causada por el uso de determinados herbicidas.
Desde la compañía recordaron que la sequía que afectó la última campaña dejó un mayor banco de semillas de malezas en los lotes que, con la reaparición de las lluvias, verán potenciado su desarrollo. En este contexto, las malezas más difíciles de controlar son las gramíneas anuales (Eleusine, Capin, Pasto cuaresma, Cloris), las de hoja ancha y difíciles como Yuyo colorado, Rama negra y Sorgo de Alepo, y luego las crucíferas , como Nabo, que aparecen más localizadas.
¿Cómo hacer un manejo eficaz evitando la generación de resistencias y evitar el impacto del estrés en los cultivos? Dos temas que van de la mano cuando se trata de defender el potencial de rendimiento.
Tecnología antiestrés
En Mar del Plata, Diego Gandulfo, director de marketing de UPL Argentina, presentó OPTIMAT, una biosolución que recompone el metabolismo del cultivo de la soja permitiéndole recuperarse y reducir el impacto en el rendimiento. Esta tecnología antiestrés puede aplicarse en conjunto con herbicidas post emergentes como Fomesafen, también ante daños por deriva de 2,4-D y en distintas situaciones de estreses abióticos.
Los estreses abióticos son causados por cambios o condiciones ambientales extremas como sequía, granizo, variaciones de temperatura, heladas, salinidad, exceso hídrico, radiación solar y manejo del cultivo. Representan el 65% de la pérdida de potencial productivo. El uso de fitosanitarios que no resultan del todo selectivos están entre las prácticas de manejo que también impactan en la soja: situaciones de carryover, aplicación de herbicidas pre o post emergentes, derivas o tanques sucios.
OPTIMAT es un producto de origen biológico desarrollado por UPL bajo su unidad de negocios NPP -Natural Plant Protection-. “Además de su potente respuesta, una de las claves de este desarrollo es la estabilidad en los resultados obtenidos en diferentes años, ambientes, variedades, suelos, etc. Esto se debe a que genera reservas bioquímicas para resistir los períodos críticos, regula la apertura y cierre de estomas y el transporte de agua. A su vez, mantiene activo el sistema de desintoxicación de la planta promoviendo la síntesis continua de glutatión, principal vía de detoxicación de las plantas. También forma complejos con acción antioxidante y equilibra rápidamente el contenido de clorofila”, desarrolló Gandulfo.
Esta potente solución biológica para la recuperación del cultivo de soja a base de extracto de plantas tiene una alta concentración de folcisteína, ácidos fúlvicos y potasio.
Según los ensayos realizados por UPL en 34 localidades durante seis años, el uso de fomesafen provoca caída de rendimientos del 6% en promedio en el cultivo de soja. En esos casos, el uso de OPTIMAT permitió recuperar un 6,5% del rinde – lo “perdido” por la afectación del herbicida y un poco más-. En tanto, en situaciones de estrés por deriva de 2,4-D, la caída de rendimientos promedia el 18% (575 kg/ha) y la recuperación es del 7% (181 kg/ha).
Al medir la fitotoxicidad por herbicidas pre emergentes en tres regiones durante la campaña 2018/19, la caída de rendimiento fue de 5,6% (158 kg/ha) y el incremento tras el uso de OPTIMAT del 5,2% (140 kg/ha). En aplicaciones preventivas, ensayos realizados en 16 localidades en los años 2020/2023 arrojan incrementos del 6,2% (193 kg/ha) de rinde por el uso de OPTIMAT.
“Los estudios realizados indican que con OPTIMAT, en más del 85% de los casos, se logra recuperar al cultivo de manera rentable. Esto habla de su estabilidad y poder de recuperación que se traduce en ganancias superiores a los 60 USD/ha para el productor”, concluyó Gandulfo.
Manejo de malezas
El incremento de la resistencia de malezas es un desafío para la producción agrícola argentina. Los datos presentados por la REM Aapresid 2023 muestran que ya existen más de 26 especies resistentes y 45 biotipos entre gramíneas y latifoliadas, y que pierden eficacia las herramientas más usadas por los agricultores como G/9 glifosato, G/2 ALS y O/4 hormonales, entre otros.
Entre las malezas más desafiantes se encuentran Yuyo Colorado, Echinochloa y Eleusine, entre otras, que ocupan entre el 50% y el 70 % de la superficie productiva.
Para el manejo de dichas malezas es fundamental hacer un manejo sustentable, teniendo en cuenta no solo el uso de fitosanitarios, sino también prácticas culturales y rotación de cultivos. El uso de semillas con nuevos paquetes tecnológicos de tolerancia a herbicidas, la rotación y combinación de sitios de acción y el uso de tecnologías de aplicación son fundamentales para mitigar la problemática y lograr el potencial de cada cultivo.
En los últimos dos años, la adopción de variedades e híbridos con nuevas tolerancias a herbicidas ha aumentado considerablemente. En soja, el lanzamiento de variedades Enlist trajo una nueva herramienta para el manejo de malezas resistentes. Se prevé que esta tecnología pueda hasta triplicarse este año. Desde UPL contamos con nuestro glufosinato LIFELINE que combinado con 2-4D Enlist es una excelente herramienta anti resistencia para el control de malezas de hoja ancha y gramíneas difíciles.
LIFELINE es un herbicida de contacto que controla tanto gramíneas como malezas latifoliadas. En la actualidad es uno de los sitios de acción con menores casos de resistencia y sin presencia aún detectada en nuestro país. Por todo esto se transforma en una solución crucial para la problemática actual.
Para dar sustentabilidad al sistema, el uso de pre-emergentes en el cultivo de soja como SHUTDOWN (Sulfentrazone 50 %) más STRIM UPL (S-Metalochlor 96 %) disminuye el nacimiento de malezas en los primeros estadíos del cultivo logrando que la aplicación post emergente de herbicidas como LIFELINE logre mayor eficacia dándole mayor sustentabilidad al sistema con el fin de lograr los potenciales productivos.
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