Con apoyo de los programas ProHuerta y Cambio Rural, 14 familias agregan valor a la producción de cerdos. Desde su cooperativa, venden más de 250 kilos de productos elaborados por semana, manejan una planta de embutidos propia y generan empleo local.

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A unos 80 kilómetros de la ciudad de Necochea –Buenos Aires–, en la localidad Juan. N. Fernández, un grupo de productores de pequeña escala dio un salto significativo: pasaron de criar cerdos a vender más de 250 kilos de productos elaborados mediante una cooperativa desarrollada para tal fin.

Se trata de 14 pequeños productores que integran “Mirando a futuro”, un grupo originario del programa Cambio Rural II, del INTA y el Ministerio de Agroindustria de la Nación. Además, esas familias llevaron adelante un proyecto especial del ProHuerta, la iniciativa del Ministerio de Desarrollo Social y el INTA, que les permitió adquirir una mezcladora, una embutidora neumática, la cámara de frío y la sierra, entre otros equipos necesarios para transformar su emprendimiento y agregar valor en la cadena porcina.

“Somos un gran equipo”, dijo Dimas Castelucci, promotor asesor del grupo, para quien asociarse y conformar una cooperativa fue “un paso muy importante”. En esa línea, agregó: “Cada productor pasó de tener 10 madres a contar con 220 madres en total, que producen un promedio de 15 capones cada una”.

Todos los integrantes del grupo Mirando a futuro compartían el objetivo de fortalecer su competitividad mediante procesos de valor agregado. Sin embargo, no tenían los medios económicos para hacerlo. “El proyecto especial de valor agregado en origen desarrollado junto al ProHuerta ayudó a que el grupo de Cambio Rural pueda concretar su sueño”, afirmó Gustavo Bretschneider, de la agencia de extensión rural (AER) del INTA en Necochea, quien agregó que “Pudieron comprar las maquinarias para lograr este objetivo, que es tener en funcionamiento una planta desde diciembre de 2017”.

La AER de Necochea acompaña al grupo desde hace varios años, informó Bretschneider, encargado de brindar y organizar diversas capacitaciones para mejorar el emprendimiento, incluyendo temas como marketing y comercialización, entre otras temáticas.

14 pequeños productores de pequeña escala pasaron de criar cerdos a vender más de 250 kilos de productos elaborados mediante una cooperativa desarrollada para tal fin.

Trabajo en equipo: otro valor agregado

“La articulación de distintas herramientas del Estado, como Cambio Rural y ProHuerta, más la correcta y comprometida asistencia técnica del promotor asesor con el adecuado acompañamiento institucional del INTA y del municipio local, son la garantía para asegurar impactos en nuestras líneas de trabajo en el medio rural”, señaló Diego Ramilo, a cargo de la Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión del INTA. “Este es un ejemplo más de los cientos que acompañamos, día a día, en los territorios donde el INTA articula redes de trabajo que garantizan esta clase de logros”, afirmó Ramilo.

A su vez, el coordinador de Cambio Rural por parte del Ministerio de Agroindustria, Patricio Quinos, consideró que, mediante la vinculación del ministerio de Agroindustria y el INTA, el programa apuesta a ofrecer “una mirada integral con un enfoque territorial sobre las producciones locales, respetando su entramado de interacciones, y que enfrentan la creciente necesidad de asistencia técnica y desarrollo tecnológico, para dar respuesta a las necesidades nacionales de seguridad alimentaria y nutricional con nuevas oportunidades para la producción (con planificación y ordenamiento) y el desarrollo local mediante el ejercicio ciudadano de la convivencia entre la ruralidad y lo urbano”.

En la misma línea, el promotor Castelucci consideró que el programa que conducen el MDS y el INTA fue fundamental: “Con el proyecto del ProHuerta logramos comprar todas máquinas industriales, picadora, envasadora al vacío, embutidora neumática y una cámara amplia de almacenamiento”, enumeró.

A su vez, con fondos propios, los productores adquirieron dos freezers, un aire acondicionado, cámaras de seguridad y un local, además de contratar empleados. Como resultado, ampliaron su oferta de productos: “Hacemos milanesas, hamburguesas con queso y sin queso, tres tipos de chorizos y cortes frescos de cerdo”, dijo el promotor.

En esa línea, Castelucci precisó que elaboran alrededor de 15 cerdos con semana y comercializan más de 250 kilos cada siete días: “Se está vendiendo muy bien. Por semana estamos hablando de una venta de 150 kilos de chorizo, 55 kilos de milanesa, 45 kilos de hamburguesa y muchos cortes frescos”.

Apostar al arraigo

A poco de cumplirse 99 años de su fundación, el próximo 28 de marzo, Juan N. Fernández mantiene su impronta de pueblo rural, con poco más de 2.700 habitantes. Allí tiene lugar, cada octubre, la fiesta provincial de la soga gaucha. En esta localidad, como en otras de características similares, es común que los jóvenes emigren para estudiar o en busca de mejores perspectivas laborales.

Castelucci consideró que esa realidad fue un punto clave para el trabajo del grupo: “Una de las cuestiones más importantes fue el arraigo de la gente, fue realmente imprescindible”. Para el promotor del grupo de Cambio Rural, “esto no se hubiese podido lograr sin la cooperativa”. Así, como resultado de este esfuerzo, se logró la meta: “Los hijos de estas familias se quedan en el campo produciendo y logramos estabilidad”, afirmó el promotor de Cambio Rural.

Como parte de la misma iniciativa y por las propias necesidades del emprendimiento, Castelucci destacó que “la cooperativa empleó a tres personas del pueblo”. Además, señaló las perspectivas de mediano plazo que el grupo ya se propone encarar: “A futuro, queremos ingresar en el comercio de Necochea y contar con nuestra propia fábrica, en un lugar que el municipio nos cedió por 25 años”.

Carlos Ugarte, delegado municipal de Juan N. Fernández, se refirió al respecto: “Acompañamos al nuevo emprendimiento que involucra a nuestro pueblo, le da trabajo a gente de nuestro lugar, genera avance en lo económico y nos da identidad”. Del mismo modo, el funcionario local destacó: “Trabajamos codo a codo con el promotor y con el INTA”.

Sobre el programa Cambio Rural

Creado hace 25 años, Cambio Rural es un programa del Ministerio de Agroindustria, nacido y desarrollado junto al INTA, que busca promover y facilitar la intensificación y reconversión productiva mediante la asistencia técnica, como medio para mejorar la situación productiva y socioeconómica de los pequeños y medianos productores rurales y propender al desarrollo agroindustrial en todo el territorio nacional, impulsando el aprendizaje a través de la metodología del trabajo grupal.

Para llevar a cabo esta tarea, debe ser gestionada en cooperación y articulación con la Coordinación Nacional de Transferencia y Extensión del INTA, actor fundamental de la estrategia de intervención territorial de Cambio Rural, teniendo en cuenta toda su red presente a través de sus técnicos en las diferentes Estaciones Experimentales y Agencias de Extensión.

Como resultado de ello, tras dos años sin incorporaciones, Cambio Rural otorgó el alta transitoria a un total de 289 grupos, lo que arroja un total de 585 grupos activos que reúnen a 4.988 productores en todo el país.