En contextos de déficit hídrico y elevadas temperaturas, desde el INTA aseguran que un buen manejo del agua subterránea permite cubrir la demanda de agua de los cultivos. Cuáles son las recomendaciones técnicas para tener en cuenta.

Lejos quedaron ya las constantes y abundantes precipitaciones que convirtieron a las napas en una amenaza. Ahora, los pronósticos estiman un verano con una elevada variabilidad climática, altas temperaturas y escasas precipitaciones. En este contexto, técnicos del INTA aseguran que un buen manejo del agua subterránea permite cubrir la demanda hídrica de los cultivos. Recomendaciones técnicas.
De acuerdo con Pablo Bollatti –especialista del INTA Marcos Juárez, Córdoba–, “las napas generan un aporte extra de agua en momentos en los que las precipitaciones no alcanzan para cubrir la demanda hídrica de los cultivos”.
“Esta importancia se fundamenta en el aporte de agua capilar –de hasta un metro por sobre el nivel freático– que puede realizar a la zona del suelo donde se posicionan las raíces de los cultivos”, detalló el técnico, quien advirtió que “la profundidad de las raíces de los cultivos varía, como así también la profundidad óptima de la napa para que los cultivos expresen su máximo potencial”.
Numerosas investigaciones aseguran que la banda óptima de utilización de la napa freática en suelos sin impedimentos físicos oscila entre 1.40 a 2.40 metros para el maíz, entre 1.20 a 2.20 metros para la soja y entre 0.70 a 1.65 metros para el trigo.
En este sentido, Bollatti subrayó la necesidad de monitorear y conocer su nivel para saber si van a resultar favorables o perjudiciales para los cultivos y, sobre la base de esta información, elaborar una estrategia para la campaña.
Para esto, el técnico recomendó la construcción e implementación de un freatímetro en un lugar donde no tenga influencias del terreno –caminos con desnivel, zanjas, canales, árboles o bombas–, así como también el asesoramiento de un ingeniero agrónomo.
En el caso de no contar con esta herramienta, el INTA Marcos Juárez dispone de una red de monitoreo freático de periodicidad quincenal que permite conocer de manera precisa la profundidad freática. A su vez, este monitoreo se relaciona con la ocupación del suelo en dicho período, lo cual permite conocer bajo qué condiciones se desarrollan los cultivos.
Para la medición se necesita una piola graduada o que tenga una cinta métrica de medición directa y los datos obtenidos deberán ser registrados en una planilla para su posterior análisis.
El freatímetro: construcción y colocación
Se utiliza un caño de PVC de 2 pulgadas de diámetro y 4 metros de largo. Desde el extremo de la boca ensanchada deben medirse 30 centímetros para, a partir de ahí, realizar una serie de perforaciones cada 10 centímetros con un taladro provisto de una mecha de 8 milímetros o menos.
Se entierran 3,70 metros del caño con un barreno de torsión de 2 pulgadas de diámetro y, sobre el nivel del suelo, se dejan 30 centímetros sin perforar. Luego, se corta la boca ensanchada del caño a fin de dejar una distancia boca-tierra de 20 centímetros.
Una vez colocado, es importante quitar el agua con barro de su interior con una sonda y colocar una tapa. Se aconseja realizar un aporque de tierra a los costados del caño para fijarlo y evitar filtraciones desde la superficie.
El freatímetro debe estabilizarse durante 48 horas. Para la primera medición, se necesitará una piola graduada o que tenga una cinta métrica de medición directa. Se recomienda que todos los datos sean registrados en una planilla para su posterior análisis.
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