En la campaña 2014/15 los molinos elaboradores de harina de trigo volvieron a registrar una capacidad ociosa superior al 50% por tercer ciclo consecutivo.

molino harinero

Durante la administración kirchnerista se promovió la instalación de molinos harineros, además de la ampliación de los ya existentes, a través de subsidios directos (“compensaciones”), créditos con tasas subsidiadas y un abaratamiento artificial del valor del cereal (producto de la intervención del mercado + derechos de exportación).

Pero, lejos de asegurar una mayor integración comercial orientada a mejorar las exportaciones argentinas de harina y panificados, la gestión kirchnerista se concentró en cerrar la economía. El resultado: muchos molinos que no tiene razón de ser en la actual coyuntura.

En la campaña 2014/15 –considerando el período comprendido entre noviembre y octubre de cada año– la molienda de trigo fue de 5,61 millones de toneladas sobre una capacidad instalada total a nivel nacional del orden de 12 millones de toneladas, según datos oficiales .

Lamentablemente, si bien en 2016 los molinos podrán exportar harina sin restricciones gubernamentales –como ocurría en la era K– no tendrán mucha mercadería disponible porque la cosecha argentina prevista para 2015/16 sería de apenas 9,50 millones de toneladas (producto de los desincentivos presentes al momento de la siembra), según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Eso implica que la capacidad ociosa del sector volverá seguramente a ser elevada por al menos otro año más.

Las malterías argentinas, en cambio, acompañaron en los últimos años el crecimiento de la producción de cebada promovido por el desastre triguero. En 2014/1 se procesaron 960.523 toneladas de cebada cervecera versus 1,006 millones en 2013/14 y 928.794 toneladas en 2012/13.