Con buen potencial de rendimiento, esta pastura megatérmica es clave para la producción ganadera de Chaco y Formosa. Con manejo, los animales logran ganancias de peso superiores a 500 gramos por día.
Pasto clavel, una alternativa forrajera para el NEA

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En Colonia Benítez –Chaco– evalúan la incorporación de pasto clavel en la dieta diaria de novillitos posdestete y vaquillonas de recría. Con esta alternativa forrajera, logran ganancias de peso diarias superiores a los 500 gramos, en pastoreo directo sobre pasto clavel.

Para Flora Céspedes Flores, una de las integrantes del Grupo de Ganadería de esa unidad del INTA, el pasto clavel es una muy buena opción para el desarrollo de la ganadería en esta región del país. “Se trata de una especie que está adaptada a los diferentes ambientes del este de Chaco y Formosa, por lo que soporta inundaciones y sequías prolongadas”.

Con rendimientos promedio que llegan 20.000 kilogramos de materia seca por hectárea, cubre el suelo mediante guías, forma matas medianamente densas, por lo que soporta bien el pastoreo continuo o rotativo y presenta buenos niveles de calidad de forraje.

Conocida como una especie rústica, esta pastura megatérmica resiste diversos tipos de suelos, desde arcillosos y anegadizos –textura pesada– hasta aquellos más secos y sueltos, aunque no tolera suelos salinos. “Puede soportar lluvias superiores a los 850 milímetros, inundaciones prolongadas y hasta sequías. Además, tolera las bajas temperaturas”, señaló Céspedes Flores.

Según Céspedes: “El pasto clavel registra el pico de crecimiento durante la primavera y el verano, momento en el que produce el 85 % del forraje”.

Con humedad y temperaturas favorables, la pastura puede ser consumida por el ganado a partir de los seis meses de su implantación. En este sentido, la especialista del INTA indicó que “el pasto clavel registra el pico de crecimiento durante la primavera y el verano, momento en el que produce el 85 % del forraje”.

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Es una pastura muy palatable y con buen valor nutritivo, que alcanza al 15 % de proteína bruta (PB), superior al contenido de proteína de un pastizal. De acuerdo con Elio Di Lorenzo, del Grupo Ganadería de esa unidad del INTA, estas características sumadas a la producción de materia seca por hectárea, la ubican como un alimento con buen potencial para la recría de vaquillonas y novillitos posdestete de la región debido a que se logran buenas ganancias diarias de peso.

“En un lote de vaquillas de 18 meses de edad de200 kilogramosde peso vivo (PV) en promedio, con pasto clavel se registraron ganancia diarias de500 gramospor animal”, explicó Di Lorenzo.

Céspedes, explicó que “el cultivar Bigalta que estamos recuperando en la Experimental soporta, bajo pastoreo, hasta siete meses de anegamiento con un máximo de 15 centímetros de agua superficial y, sin presencia de animales, hasta dos meses de anegamiento con hasta 110 centímetros de agua superficial”.