Alimentar a los bovinos con esta leguminosa arbustiva ayuda a prevenir infestaciones debido a su aporte de taninos. Además, es nutritiva, de crecimiento rápido y con alto índice de producción.

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En sistemas de cría bovina, los parásitos gastrointestinales son la principal enfermedad que limita el crecimiento de los bovinos. Para reducir el impacto, técnicos del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar del NEA (IPAF) del INTA, junto al Ministerio de Producción de Formosa y la Secretaría de Agricultura familiar y Desarrollo Rural de la Nación, promueven a la Leucaena, una alternativa forrajera, como antiparasitario natural.

Víctor Scribano, médico veterinario del IPAF NEA del INTA, indicó que “alimentar a los bovinos con esta leguminosa arbustiva ayudaría a reducir infestaciones y aumentar la distribución de Nitrógeno en el rumen”.

“Además, –detalló– esta leguminosa arbustiva y perenne tiene un alto contenido de nutrientes de excelente calidad, alta producción de forraje, un amplio rango de adaptación de tipos de suelos, excelente resistencia a época de seca y rápida capacidad de rebrote después del corte o pastoreo”.

Hasta hace una década, para controlar las parasitosis, se utilizaban productos convencionales de síntesis química pero, con la aparición y rápida difusión de parásitos resistentes a estas drogas, más los residuos alimenticios, obligaron a los especialistas a buscar nuevas alternativas más sustentables.

Así, surgió este árbol tropical que se siembra en primavera y posee un uso forrajero con propiedades bioactivas y altos niveles de taninos condensados que se desarrolla bien en el Norte y Centro del país como una herramienta más en el control de parásitos.

“Una vez consumido por los bovinos, tienen un efecto negativo sobre los nematodes al limitar el establecimiento de los mismos en el aparato digestivo o interfiriendo con su longevidad o reproducción”, explicó el especialista.

“Si bien es un árbol, al germinar es muy sensible al ataque de las hormigas, por lo que requiere de un cuidado especial”. Además, las semillas poseen una dormencia por lo que no germinan en forma uniforme o a veces se retarda la germinación. “Para resolver este inconveniente se la debe escarificar mecánicamente o con temperatura o químicamente, a fin de romper la cutícula para que la humedad penetre mas rápido”, indicó el especialista.

En cuanto a la altura de pastoreo, recomendó esperar hasta que la planta tenga entre 1 y 1,5 metros de altura, no sobrepastorear y después de retirar los animales, podar las ramas mas gruesas para que vuelva el rebrote desde abajo.

Los jóvenes, más vulnerables

Los parásitos ingresan al sistema digestivo de los bovinos mediante la ingesta de pasto y se establecen en la pared del cuajar e intestino para, luego, producir huevos, lo que contamina, aún más, las pasturas.

Son los terneros destetados, que comienzan la etapa de recría, los más afectados por esta parasitosis que retarda su crecimiento y produce una elevada morbilidad y mortalidad en esta categoría. “Esto se debe a que sus sistemas de defensa contra los parásitos son, aún, ineficaces”, indicó Scribano.

La principal consecuencia de la parasitosis interna es la pérdida de peso, siendo las parasitosis subclínicas las de mayor relevancia, ya que los animales pierden peso en un rango variable sin manifestar signos de la enfermedad.