A casi 4 meses de la erupción del volcán Puyehué la situación en la meseta chubutense sigue complicándose día a día con la mortandad de ovinos, sea de madres como de crías. Las zonas principalmente afectadas son las de Gan Gan, Gastre y Lagunita Salada, donde los productores padecen los peores estragos en sus economías, pintándose un panorama de campos vacíos en dos años

«La situación varía en 30 kilómetros. La mayoría de las veces es desoladora, pues muchos de los campos se van a quedar sin ovejas, sobre todo en los que están entre la ruta 3 y la 40», comentó Ernesto Siguero, presidente de la Federación de Sociedades Rurales del Chubut. «Necesitamos que se forme una comisión de crisis. La ceniza se levanta por el viento debido a que hay una sequía. Además la situación generó que las ovejas tengan un comportamiento errático, que no se manejen en grupos y que se dificulte el arreo porque están dispersas», continuó Siguero.

La situación en Río Negro

En la provincia de Río Negro es tanto o aún más grave la situación, donde algunos campos tardarán al menos 4 años en volver a contar con animales. La zona sur de la provincia, principalmente la que comprende el departamento de Pilcaniyeu, donde se encuentra Ingeniero Jacobacci, es una de las más afectadas. «Estamos en época de parición de ovejas y todo lo que veníamos anunciando sobre la mortandad se está cumpliendo. Además en la zona también está todo aún más complejo por la sequía», explicó el presidente de la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro, Luis Sacco. «Debemos pensar en el tema social también, hay que trabajar para que los productores no se vayan, porque los rindes de lana son muy bajos, y volver a comprar ovejas merino no es sencillo porque no hay grandes lugares», dijo Sacco.

Otro de los productores afectados es Oscar Contin, también dirigente de Confederaciones Rurales Argentinas, oriundo de Jacobacci. «Según la zona, la cantidad de ceniza en las tierras va desde 3 a 10 centímetros. Esto agravado porque no llueve desde hace meses, ni nevó, por lo que debajo de las cenizas tampoco hay pasturas. Las ovejas están muy debilitadas, en la mayoría de los campos como los que están en Comayo se perdió entre el 40 y 50% de la hacienda», explicó Contin. A la par del endeudamiento de los productores se suma la falta de posibilidades para conseguir forraje, lo que sitúa al productor en un panorama económicamente devastador.

Puntos claves para entender la grave situación generada por las cenizas

Además de las cenizas volcánicas, la situación de complica aún más por la sequía y los fuertes vientos, y si bien parte del ganado ha sido preservado, a la hora de la esquila la lana será inutilizable. Además de la pérdida de miles de ovejas, la hacienda que está hoy en pie sigue en riesgo.

Los animales que se han estado alimentando con vegetación dura y ceniza, tienen llagas y lastimaduras que hinchan las mucosas por lo que dejan de comer y mueren.

Los días de viento se ve agravada la presencia de ceniza en el pastizal natural, lo que hace que los animales se nieguen al consumo voluntario.

Los exámenes post morten en los animales dejan a las claras que presentan abundante ceniza tanto en las vías respiratorias como digestivas con una apariencia similar a la de una pasta. Del mismo modo, hay presencia de ovinos con ceguera como asimismo lesiones bucales.

En cuanto al ganado caprino, se están dando lesiones tanto oculares, respiratorias como en las vías digestivas superiores.

 CRA