El reconocido especialista en maquinaria agrícola, Juan Bautista Raggio, explicó tanto en el aula como en el lote lo que se debe tener en cuenta para una adecuada implantación.

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El módulo de Siembra y Fertilización de Admite es uno de los más nutridos en contenido, porque incluye desde los factores a tener en cuenta para la elección de la sembradora más adecuada, hasta cuestiones técnicas de dosificación, transmisiones, como también las variantes entre las de granos finos y/o gruesos y también para pasturas.

Es que las empresas fabricantes del rubro siguen presentando muchos equipos nuevos, con diversas innovaciones, que a la par de abrir mejores posibilidades aumentan la complejidad de datos y funciones técnicas; todo lo cual exige una continua capacitación”, contextualizó el Ing. Agr. Juan Bautista Raggio, docente de reconocida trayectoria en el ambiente de la maquinaria agrícola argentina, que el responsable central del módulo sobre siembra en Admite.

“Los equipos van quedando obsoletos y los productores que no quieren perder el tren de la competitividad buscan actualizar sus maquinarias. Aunque muchas veces sucede que “el responsable de un establecimiento agropecuario es inflexible para prestarle su auto a un operario, pero no presta mucha atención al entregarle una maquinaria que vale mucho más que su coche y, según cómo se use impacta mucho más en su economía”, disparó Raggio, ante cursantes de distintas provincias.

El especialista destacó que “la eficiencia en el trabajo de una sembradora se puede cuantificar relacionando su capacidad de trabajo efectiva con la desarrollada a campo. La efectiva es la capacidad de superficie que se siembra por unidad de tiempo considerando los factores que inciden corrientemente en una sembradora. Y la capacidad a campo es la cantidad real de superficie sembrada por unidad de tiempo. A tal fin se analiza la fórmula del cuadro Capacidad efectiva de trabajo. De este pequeño cálculo, surge que el punto mejorable es el de las pérdidas de tiempo (pt),  a las que se pueden clasificar en accidentales y sistemáticas”.

Las pérdidas accidentales, según precisó Raggio, son las referidas a “roturas y mal trabajo de máquina por falta de una oportuna puesta a punto, y que se producen en forma aparentemente imprevisible. Estas pérdidas se disminuyen, trabajando con máquinas de reconocida calidad, y realizando el mantenimiento preventivo durante los períodos en los que no se siembra (que en realidad no son inactivos como algunas veces se los llama). Es necesario practicar una revisión integral y reemplazar todos los elementos gastados o rotos, como también hacer una limpieza y lubricación completas y guardar el equipo bajo techo”.

Precisamente, para la puesta a punto adecuada de los equipos, en las practicas a campo de este módulo se contó con representantes de las empresas Metalfor, Plantium, Juri, Geosistemas y Pla, que brindaron recomendaciones en el lote, con maquinaria en acción.

Pérdidas de tiempo

Asimismo, el docente puntualizó que “las pérdidas de tiempo sistemáticas son las que se producen por los giros en cabeceras y por reabastecimiento de semilla, fertilizante y gasoil. Ellas  disminuyen si las maniobras se realizan más rápidamente debido a que las amelgas y las cabeceras se dimensionan teniendo en cuenta el largo y ancho del equipo. Además, las capacidades de las tolvas deben ser pensadas (por el que diseña la máquina si el tabique entre tolvas es fijo, o por el productor si dicho tabique en ellas es móvil), para que la semilla y el fertilizante se puedan reaprovisionar en la misma parada. Además cargar 800 kg de semilla en bolsa, es realmente trabajoso y lleva muchos minutos. Por ello, ya se están difundiendo los acoplados y chimangos con diversos tipos de accionamiento, por ejemplo hidráulico, para cargar la sembradora en breves minutos con semilla y fertilizante a granel”.

Análisis de eficiencia

En relación a las fertilizadoras y el modo de medir la eficiencia del trabajo, Raggio indicó que cada tipo de estos equipos “ofrece un beneficio a considerar en el momento de su elección. Las esparcidoras de platos se destacan por su bajo costo operativo, el cual se sustenta en su gran ancho de trabajo y alta velocidad de desplazamiento, limitada por sobre todas las cosas por el estado del terreno. El bajo consumo de potencia, es precisamente el que permite su alta velocidad de trabajo, más allá de brindar un reducido consumo de energía por hectárea. Entre sus limitaciones pueden anotarse los inconvenientes que dificultan el aprovechamiento del ancho de trabajo, como la influencia del viento y la calidad de los fertilizantes. La volatilización de algunos productos sobre el rastrojo si no ocurre la lluvia post distribución es otro inconveniente”.

En contraposición, “las inyectoras ofrecen un mejor aprovechamiento del fertilizante distribuido en su surco, reduciendo al mínimo la volatilización del producto, sin necesidad de la ocurrencia de lluvia posterior”, consideró.  Y en relación a las fertilizadoras Air Drill con barral y boquillas esparcidoras distribuidas en él, comentó que “ofrecen una posición intermedia entre los dos anteriores. Alcanzan con mayor facilidad que las esparcidoras la uniformidad de distribución y pueden desarrollar mayores velocidades que las inyectoras”.