Con la participación de destacados profesionales especializados, entre otros, Ralph Scorza, experto en genética del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y los chilenos Rodrigo Cruzat y Humberto Prieto, las localidades de San Pedro y Baradero –Buenos Aires–, son sede hoy y mañana de las Jornadas Internacionales de Frutales de Carozo, una oportunidad para la fruticultura local, que busca posicionarse en la Argentina.
El evento, que se desarrolla en el Centro de Comercio e Industria de San Pedro, se propone como una instancia de actualización en la aplicación de biotecnología en frutales de carozo y en experiencias de articulación para la producción de alta calidad y competitiva.
Armando Constantino, director del INTA San Pedro, consideró que, “si un productor dispone de una genética que mejore la vida poscosecha de la fruta, para que pueda prolongarse a más de un mes, sería posible la exportación”. En esa línea, expresó: “Esto permitirá reconvertir la fruticultura a partir de tener más variedades para distintos estratos de productores”.
El territorio que abarca desde San Nicolás hasta Zárate, pasando por Ramallo, San Pedro y Baradero concentra el 80% de la producción frutícola de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la pérdida de competitividad y el avance de cultivos como la soja, el maíz y el trigo se traducen en una reducción de 17.150 hectáreas en 1994 a 4.396 en 2013. En este sentido, Norberto Ángel, del INTA San Pedro, destacó el trabajo conjunto para la organización de las jornadas de las principales instituciones vinculadas a la actividad frutícola y los municipios: “Es un reconocimiento a la fruticultura en la zona, a la que todavía se sigue apostando como una alternativa de valor a la región”, aseguró.
Por otra parte, Constantino planteó la importancia del rol del INTA para establecer el vínculo con la comunidad y, principalmente, para facilitar a los productores de menor escala el acceso a la tecnología y a la innovación. “Se articula fuertemente con los municipios y sus secretarías de producción, para generar procesos que lleven a que el pequeño productor pueda tener a la fruticultura como un destino para sus tierras, que no tenga que ir a los commodities”, remarcó.
Las jornadas se presentan como el puntapié para abrir otras líneas de trabajos que articulen políticas de desarrollo local. “Son varios frentes los que hay abrir para iniciar un proceso de reconversión en la zona”, afirmó Constantino.
Si bien sólo el 1,5% de la superficie de la región está destinada a la actividad frutícola, es una importante fuente de empleos: genera 2,5 veces más de jornales por año que los cultivos extensivos.
Una mirada científica
La jornada de hoy ofrece una mirada científica de la temática, que cerrará con un taller para elaborar propuestas de colaboración científico-tecnológica, mientras que la de mañana incluye recorridas a plantaciones, empaque y estructura logística.
Los ejes de las exposiciones son el mejoramiento genético con énfasis en aspectos de calidad y conservación poscosecha, ingeniería genética y tecnologías avanzadas en mejoramiento de frutales, manejo del cultivo, poda, estructura compacta para plantaciones densas y articulación público privada, con casos como el Consorcio Biofrutales de Chile.
En cuanto a los disertantes, Rodrigo Cruzat, ingeniero agrónomo formado en EEUU, es gerente de Biofrutales-Fundación Chile, cuyo objetivo es el mejoramiento genético y la biotecnología frutal aplicada. Con experiencia en comercialización de variedades y desarrollo de empresas con base tecnológica vinculadas al mejoramiento genético de plantas frutales, siendo actualmente gerente del consorcio tecnológico que vincula ciencia-empresa.
Ralph Scorza, del ARS Appalachian, perteneciente al USDA, es especialista en mejoramiento de frutales de carozo, tales como duraznero, nectarinas y ciruelos, y trabaja en obtener cultivares de menor tamaño de la planta, mayor densidad, mayor productividad, alto contenido azúcar y mayor vida poscosecha.
Humberto Prieto, es doctor en Bioquímica y actualmente trabaja como investigador en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) de Chile. Lidera un equipo de Biotecnología, en reposicionamiento de frutales de carozo chilenos mediante el uso de ingeniería genética.
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